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Se muestran los artículos pertenecientes a Enero de 2020.

LA ALMOHADA DEL CORAZÓN

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Parece que es una almohada. Tiene la forma de un corazón. Coincidió que la primera que hicieron  en la Asociación del Cáncer de la Rioja se la llevaron  a mi mujer, al hospital, cuando ese arquero ciego le clavó en el pecho una flecha en curare embebida...

Yo creía que era una de esas cervicales para mitigar ese duro jergón que ponen para el acompañante en el Hospital San Pedro. Pero no, me equivocaba. No era para mí. Es mágica porque sirve para todas las mujeres, de talla única, a la medida de cualquier axila. Y es para cuando abran los ojos postradas en una cama y  empiece la herida a respirar la escarcha del miedo...

 Es como aquella tirita de madre que de niño se bebía la olita de sangre, el hervor de la rozadura.

 Ahora es la almohada suave para la cabeza de niebla del dolor. Y en la calle Lardero, en la Asociación del Cáncer, tienen el taller. Allí, son las mismas malheridas mujeres, ya  reverdecidas, las que después de todo el sufrimiento, se citan, se arropan y cosen esa joya, ese corazón de almohada, con hilos de penumbra de aquellas mismas lágrimas rotas.

Allí, hilvanándolas,  quizá van olvidando sus días de vida envenenada, y ojalá no se lean en los ojos lo mismo, destierren esa pregunta : ¿Nadie nunca nos dirá que ya estamos limpias?

Yo tengo una que se ha ganado ser la reina, la guinda sobre la colcha de mi cama porque cuando mi sueño rozaba el sueño tembloroso de mi mujer, bajo su brazo, la veía como aquel blando peluche de la niñez  que asustaba el miedo de la oscuridad: la muleta de su corazón.

 Y ahí la tienen preparada para llevarla rauda, en mano, hasta la misma cama del hospital,  cuando ese mismo invisible arquero ciego hiera en el pecho a una nueva muchacha.

Rubén Lapuente Berriatúa

publicado en el digital nueve cuatro uno de la Rioja el 08/01/2020

 mi otro blog http://rubenlapuente.blogspot.com/

08/01/2020 17:40 rubenlapuente #. LIBRO DÍAS DE QUIMIO Y ROSAS( 3 ) No hay comentarios. Comentar.

GUIOMAR, LA BARRENDERA

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Se llama Guiomar, y es la nueva barrendera de mi barrio. La que ves arrastrar en el parque Gallarza sus aperos en un carrito. La que sólo tiene ojos para el suelo.

Maldice las colillas, los chicles pegados, la piel de los plátanos. Le revienen los gargajos. Prohibiría las pipas con cáscara, los palillos de los helados, los alcorques de los árboles…

 ¡Y hasta estaría por la labor de fundar una inclusa de descarriadas bolsas huérfanas de manos!

Se agarra tal rebote al tropezarse en la calle con alguna "olvidada y delicada delicia canina", que en mañanas de asueto, temprano, anda por el parque de incógnito, disfrazada de detective, con ganas de pillar a alguno de esos chulos del barrio con perro: insolentes finolis con máster en hacerse el longuis, y con más morro que un pintor de arte abstracto.

Pero lo que le gusta de verdad es recoger las hojas del otoño, los primeros pétalos de abril en alas del viento, los aviones de papel cuadriculado bajando del cielo de los balcones del barrio.

Y en Mayo, juega a cazar al vuelo la bohemia bandada de pelusas de los chopos del Ebro, que tiene en la corteza de uno su nombre escrito dentro de un corazón atravesado por una flecha...

Le agradaría pasar por las calles, pero como las dejó ayer, refregadas, relucientes. Y hacer como que barre el polvo de oro del primer rayito de sol entrando, o recoger, de mentirijillas, bajo los bancos de madera, esos fugaces besos furtivos que el rubor de las miradas cercanas no da tiempo a saborear, y se abandonan recién nacidos, o raspar y raspar las aceras con un cepillo, hasta dar con el dorado escondite de la pátina del tiempo…

Pero la ciudad es tan fértil, que da una cosecha diaria de inmundicia, de barreduras, de hartazgo. Y a primera hora, siempre piensa en dejar el escobillón, la pala, el basurero con ruedas, y colgar su uniforme de luciérnaga. Pero basta que se levante un viento en la calle, que su rimero de hojas amarillas revolotee, que corra detrás de todas, y a la vez de ninguna, que casi las tiente en el aire, para que al pararse y darse cuenta de que no son ni mariposas, se pregunte, si no será que, a lo mejor, sólo ha nacido para barrendera.

                              Rubén Lapuente Berriatúa

publicado en el digiatl nueve cuatro uno de La Rioja el 24/01/2020

mi nuevo blog http://rubenlapuente.blogspot.com/

26/01/2020 10:13 rubenlapuente #. HISTORIAS NATURALES( 13 ) No hay comentarios. Comentar.

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