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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

GUSANOS DE SEDA

GUSANOS DE SEDA

Me regaló mi padre

una caja de cartón de zapatos

con gusanos de seda

Era como tener

latiendo

en mi cuarto

un juguete con vida

que pedía

siempre

voraz

las solas hojas de un árbol

Y a la fronda

de moreras del cielo

subía yo el otoño

en la salva de mi balón

 

Siempre merodeaba

por mis deberes

la larva que yo quería:

Nómada

por el desierto

coloreado de mis láminas

Monstruo  por detrás del tintero

Si se atrevía

a remontar mi mano

mis dedos se volvían

pasarelas de un barco pirata

y sobre el mar

verde de morera

se arrojaba

solo

 

Crecían tan rápido

como mi señal

en los azulejos de la cocina

Un día

igual que como cuando me llamaba

secamente mi padre

dejaron su voracidad

su quehacer

a un tiempo

y desde el anclaje del aire

empezaron

a trenzar un dulce saco de seda

alrededor de sí mismos

Yo los veía extrañado

de que no dudase ninguno

de que su hilatura

no les encadenara

Los veía

al tiempo que mi madre

creía tejerme una bufanda

mi retorcida clava de lana

que blandiría al frío sol

de la otra pandilla

enemiga

Yo los veía salir mariposa

de donde no la había

¡Y con prisa de preñar paredes!

¡De morir!

Y recuerdo mis dedos

despegándose

de las alas

de aquella dulce carne de morera

que desde la ventana 

como una serpentina

de verbena

caía

 

Y titubear

subiendo la caja

a lo más alto del armario

dándole un empujón

para no verla

desde la puerta

                                   ©Rubén Lapuente

                                 Foto de Quico Ventana

7 comentarios

Teresa -

Yo no he tenido gusanos.,pero leyendo todo tu poema tan lírico y cautivador estate seguro que mis hijos los tendran.
pd:eres todo talento,no se como de algo cotidiano o normal haces que se vea de otra manera
Un beso Ruben

Jose Zúñiga -

Las entrañables cajas de zapatos con sus agujeritos... Hay que tener talento para, además de despertar recuerdos, hacer que te sugieran cosas que las elevan a otra categoría. Tu lo has hecho.
Abrazo

ricardo -

La verdad es que esas mariposas que no vuelan, que mueren en la caja enseguida, tu mascota de deberes cayendo como una serpentina
sólo dán para ese empujón del olvido.Un gran poema.
Un saludo

virgi -

Yo también tuve gusanos y como había un moral en casa, pues crecían y crecían y se multiplicaban con el tiempo. Tal era, que los regalábamos...claro, después teníamos que surtir a los demás de hojas...
Mi niño, qué bien nos trasladas, parece que me columpio en los recuerdos, tan delicado escribes.
un fuerte abrazo

María Socorro Luis -

También tuve gusanos de seda. Y experimenté todas esas sensaciones: asombro, incredulidad,la mágia de su transformación... También los tuvieron mis hijos de chicos...

Gracias por llamar a mis recuerdos.

Besos.

Zeltia -

yo estoy maravillada.
nunca tuve gusanos de seda ni los había en mi entorno, y no me extraña que su recuerdo y lo que sentías, esa vida en tus manos, ese misterio de las crisálidas,
te inspirase hoy un poema...

irene -

Este bonito poema me ha hecho recordar mi niñez, yo tenía los gusanos de seda en una caja de jabones Heno de Pravia, cada vez que siento ese aroma, lo asocio con los gusanos, mis amigos se ríen cuando les digo que me huele a gusanos de seda.
Un beso, Rubén.