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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

GIGANTE

GIGANTE

A horcajadas,

sobre mis hombros,

soy la mejor montura

para mi hijo.

Desde más allá de arriba,

sin miedo, sin vértigo,

lo mira todo

con ojos de un gigante.

 

No se bajaría nunca.

 

Le veo en los cristales

mirarse con suficiencia,

como que le vengan ahora

a  toserle  los malos.

Como no tiene riendas,

me agarra de los mofletes,

me tapa un ojo, el otro,

los dos, la boca,

y le mordisqueo la mano

para que no me ahogue.

 

Me clava las espuelas

si me paro en los escaparates.

Él está a lo suyo:

a los coches, al bullicio,

a las luces.

En la cabalgata,

le dio la mano,

como un señor,

al Rey Baltasar,

sobre otro corcel igual

de alto que el suyo.

 

Y se lleva a casa

el calidoscopio

de toda la tarde.

 

               Se echa sobre la alfombra…

 

Y  bajo los párpados cerrados

se le iluminan los ojos.

 

                  Rubén Lapuente

1 comentario

maiqui -

quien no se siente gigante con un hijo en brazos ,o cerquita de uno ,hermoso poema ,gracias ,saludos maiqui