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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

MARIONETAS

MARIONETAS

Sorteando el tinglado

el teatrillo de la plaza

me alcanzó

un relámpago

de algarabía

Eran los inocentes gritos

acallando

añagazas de bruja

Alertando

de emboscadas

de peligros

al despistado héroe

a su novia pura

Demoré el paso

para quedarme

en el rumor de la estaca

resonando

en la malvada cabeza

de trapo

Y me volví

para volverme  a ver

en el recuerdo

sentado en el suelo

ligado

por la maroma de otros brazos niños

entrando  en la fábula

sin miramientos

completo

con las mismas muecas

de tirria

de apego

de desprecio

de alerta

de miedo

de júbilo

que las que veo ahora

Todos los sentimientos

allí juntos

en aquel teatrillo de títeres

en ese tablado de las emociones

que quizás me sirvió

después

para olvidarme

de mi mismo

en la penumbra de un cine

en la soledad de unos versos

en la agreste belleza que me rodea

o frente al deseo de un cuerpo amado

y  para ser

no como un niño

sino aquel mismo

que salía de la tramoya

como un limpio río risueño

colmado

de entregarse

a la hermosa mentira

de la vida

                    ©Rubén Lapuente

                    (Glorieta del Doctor Zubía

                     Logroño. La Rioja)

8 comentarios

Zeltia -

coño, ruben, eh
te superas en la descripción de las emociones y las sensaciones, vistiéndolas con palabras tan bonitas.
no son adornos superfluos,
estánd onde teñen que estar!
felicidades.

irene -

Así es la vida, una gran mezcla de sentimientos, de vivencias, negativas, positivas..., como en una noria, a veces arriba, otras abajo..., pero como tú dices, hay que entregarse a la hermosa mentira de la vida.
Un beso, Rubén.

ñOCO Le bOLO -


• ¡Y como nos emocionábamos pese a saber el final! Creo que, en realidad, sólo nos interesaba ese final.
• Estupenda rememoranza.

• Saludos

CristalRasgado & LaMiradaAusente
________________________________
•

Teresa -

Aquí la afición por las marionetas es tal que los personajes de Gorgorito y la bruja tienen en el paseo de Gran Vía de Logroño un monumento en bronce.Un teatro que aquí aún emociona a los niños y que maravillosamente me has traido a la memoria.
Un beso

virgi -

Es precioso, Rubén. Tienes el don de llevarme a momentos como el que escribes, la infancia lejana donde nos entregábamos tan fácilmente a las ilusiones.
Un abrazo

Joselu -

Recuerdo en mi niñez haber asistido a tablados de marionetas, de títeres de cachiporra, y sé de la emoción y entusiasmo que me provocaban aquellos seres imaginarios que repartían porrazos a las brujas, a los lobos, a los malos en medio de la algarabía general. Pero éramos más inocentes y no habíamos visto millones de horas de televisión en que los efectos especiales superan cualquier posibilidad de sorprender a los más pequeños. Además hoy todo espectáculo infantil se rige por el pensamiento correcto y ya no se persigue a las brujas a garrotazos y el lobo en el fondo es bueno. Todas esas zarandajas que nos han llegado.

En mis viajes por el sudeste asiático pude comprobar hace unos veinte años todavía la capacidad de fascinación que tenían las marionetas sobre niños, adultos y mayores durante toda la noche. Es algo que es difícil de imaginar en este mundo tan sofisticado.

Enrique -

Un poema encantador.Momentos tan agradables de ese guiñol de nuestra infancia que no se los llevará nunca el olvido.
Saludos

María Socorro Luis -

Qué hermoso, Rubén, seguir por siempre, entregado a esa hermosa mentira de la vida...

Besos a ese niño que siempre serás. Soco