PEQUEÑO PESCADOR FURTIVO
Para el niño
los playmobil
son casi sordos.
Y sobre ellos
balbucea
su arenga
mojada en saliva.
Luego
les acerca al oído.
Escucha sus señas.
Y asiente
sereno
con la cabeza.
Sólo para quien
le espía
todo es una fábula.
Le faltaba capitanear
al que dispara
en el agua
balas de burbujas.
Y ha dejado
un vaivén
en la pecera.
Y le ha llevado
al universo
de su alfombra.
Del pobre pez cree
que su barboteo
y sus coletazos
son como los de
un perro amigo.
Y le registra
bajo las escamas
el botón que lanza
chorros
de granadas.
Pero el pez
se desmaya
como una princesa.
Y el niño,
lo agita, lo agita…
Algo ha hecho de malo
cuando vuelve
a dejar un vaivén
en calma
en la pecera.
©Rubén Lapuente
2 comentarios
irene -
Un abrazo.
Anónimo -
Se tarda mucho en crecer, si, mucho...
Un abrazo