DARÍO Y LAS TORMENTAS
Bravucón nos ha salido
este cielo de julio
que todas las tardes
como una celestial fallera mayor
comienza su velada
de fuegos tracas y centellas
En este nidal
entre montañas
su gigantesco
estruendo
me sobrevuela tan cerca
de la cabeza
que el corazón
se me estremece
Darío mi vecino
de casi tres años
ya conoce el miedo
él no tiene el valle de esa falda
de cuando la luz
la cortaba un simple chasquido
y corrías hasta su cálido y dulce
cuenco de aroma oscuro
a enterrarlo:
mi primer recuerdo
Darío que le veo
que le oigo crecer cada día
en el jardín rayano al mío
me trae aquel valle estampado
de flores entre las rodillas de …
“¡Eh Darío
no te escondas
Sal miedica
Mira cómo relampaguea
Mira como truena
Mira que flechas nos lanza la tormenta!”
No sé si Darío recordará algo
si necesitaría de esa…
“¡Rubén Mira Mira
cómo “relampampuncia”!
Me dice a la enésima tormenta
Gracioso y ya valiente hombrecito solo
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
4 comentarios
Zeltia -
Menos mal que yo no soy de tierra de tormentas.
Julio G. Alonso -
Salud.
Maria socorro luis -
Qué hermoso poema, Rubén, qué hermoso!
Noches de luna -
Pero, mecachis, qué bien escribes,
Un abrazo
Victoria