Blogia
El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

ENFERMA MONOTONÍA

ENFERMA MONOTONÍA

la monotonía tiene una fiera 

dormida en mis piernas

y tan sólo por esos quince minutos de ida al trabajo

por ese mismo escenario en cada calle de mi trecho

por el horizonte que despunta a ras de suelo

por el atajo

camino

a un sudor seco que me anula

 

un día

mi paso olvidado

dio un giro brusco

y probó por otra calle mi encuentro

 

lo igual asomaba distinto

un detalle

el perfume de alguien al cruzarse

un rostro dulce en la penumbra

 

la monotonía tiene una fiera

dormida en mis piernas

y otra mañana

hastiado del mismo recorrido

media vuelta

y cambié el rumbo

 

y ya estaba en otra avenida

cada vez me alejaba más de mi lugar de brega

mi ritmo era más vivo

más frecuente el viraje

 

y madrugaba inquieto en la maleza de otra calle

los rodeos me dejaban en la silla rendido

y empecé a llegar cada vez con más demora

 

mis evasivas

como mi rostro

eran ya toda una condena

 

pero había más pasajes

más esquinas sin doblar

más aire y vida sin abrir

que llevarme

más

 

y puede que entre medio alguna vez

me ocurra algo

distinto

                                    ©Rubén Lapuente

6 comentarios

zeltia -

la misma monotonía que nos aplasta, también nos protege, nos da la seguridad de lo conocido, la falsa ilusión de perdurabilidad
y qué bien mueves la pequeña pieza de la posible novedad, aventura con un solo cambio de ruta.

irene -

Yo la llevé mucho tiempo, la monotonía la llevamos con nosotros, pero todo puede cambiar, en la misma calle, en la misma gente, en los mismos rincones, siempre hay algo diferente.
Un abrazo.

haideé -

No hay monotonía, ésta es construida por nuestra mente. Son nuestros estados de ánimo los que hacen que la vida sea de un color u otro. Si cada vez que das un giro a tus pasos notas diferencia, imgina como será si haces esto mismo con tus pensamientos. Nada se repite, nada. Sólo es nuestra percepción. El poeta no va a dejar de ser poeta por ver la vida de otro color, es más, incluso puede hacer que el mundo sea mucho mejor.
Un abrazo

cuspedepita -

No sé si por suerte, porque me cuesta adptarme a tantos cambios, la vida ya se va encargando de hacerme dar esa media vuelta cada poco, antes de que me pueda la monotonía. Mi camino es una hora en coche, pero cada pocos meses el recorrido, o el punto de salida van cambiando. Lo único seguro e inmutable es el punto de llegada: mi trabajo.
Un beso.

ricardo -

Entiendo el poema.El trabajo que no aporta nada a uno y la fuerza de dentro que te empuja a retrasar la entrada hasta enfermar.Poesía que se queda flotando despues de leerla

Joselu -

En mi trabajo hay poco lugar para la monotonía. Esto de trabajar con adolescentes es altamente arriesgado, pero monótono no lo es, desde luego. Me gusta el camino al trabajo. También son veinte minutos. Me cruzo habitualmente con las mismas personas, que van al curro a la misma hora que yo, pero creo que no me suele resultar monótono. La vida me puede resultar desconcertante, dolorosa, sorprendente, pero creo que no monótona. Y menos en el mundo de internet, el de nuestros blogs, que es apasionante. Un cordial saludo.