LA MANO DE NIEVE
Nevaba
por una ventana
de la escuela
sin memoria
En el patio
corría perseguido
por dos breves huellas
que la nieve
me destapaba
Mirado y cegado
por aquel resplandor
metí la mano
en la blancura
y escarbé la veta
de luz
En la bicicleta
llevaba la dulce pala de la orilla
y hacía sonar
la bocina
sin cesar
para que todo saliera
a recibirme
Y junto al río fui
el hondero de la nieve
la gruta fugaz de un cuento
el feliz náufrago oculto
el parlanchín con lo dormido
Y extenuado
me tendí
sobre la gélida fragua de luz.
Sin fuerzas
me eché
sobre el tesoro puro de lo eterno
sin una pizca más de niñez
que arrancarme
Tuve que empezar a oír
lejanas y largas voces
para que todo mi cuerpo
tiritara.
©Rubén Lapuente
al amanecer los niños montaron en sus triciclos
y nunca regresaron (L.M.Panero)
8 comentarios
Zeltia -
un breve break en el trabajo para saborear tu poesía y el café en plástico.
no sé lo que sentías al escribir, al leer yo ahora mismo, quizá por mi estado emocional actual, me produce cierta nostalgia, como un adios definitivo a la infancia.
Juana -
besos, Rubens y que tengas un buen fin de semana,
Sonia -
abrazos grandes!
milagros -
Me encanta este poema tan tierno y tan nostálgico.
Un abrazo
ricardo -
La aventura que con tanta belleza cuentas si la hubiera vivido creo que no sería el mismo.Lo tuyo fue antes del maldito miedo.
Saludos
Claudia Isabel -
Las lineas de Panero acompañan muy bien tus palabras...
Hace pocos meses descubrí la poesía de Panero, y es realmente brillante!
Un abrazo desde La perla de Janis
María Socorro Luis -
Una grata sensación leerte.
Un beso. Soco
Teresa -