PATIO DE LUCES
a Yara
"Solo me queda su aroma
que aún vive
en esta ropa ajada.
Y la llevo puesta.
Y si la ve arriba,
tendida, lavada,
lo hago sólo
para que se vaya
mi olor de ella”
Debería haber caído iluminada
del cielo de la melancolía
a éste mismo patio de luces
como maná de ropa tendida:
Volatinera y huérfana
camisa en mis manos.
Con las entrañas floreciendo
por la curva del cuello,
respirando por los bordes
de los puños:
Tela ya ni manjar de polilla.
La creía sin dueño,
sin huesos,
como solitarios
e inservibles calcetines
(podrían suicidarse a pares)
que nadie me reclama.
Pero me llegó su voz
desde lo alto:
-¡Es mía! ¡Ahora bajo!
Le di su refregado
y casi secreto remiendo.
Desde entonces,
al cruzarme con ella
¡Chis…!- me dice-
Llevándose el dedo
índice a los labios.
Rubén Lapuente
de Sábanas de luz
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