ODA AL JEEP WRANGLER
Como un negro
caballo percherón
relinchaba
en el escaparate.
Su mirada montaraz traspasaba
los cristales:
llegaba hasta el lugar
donde la vida coincide con uno.
Y me subí
a su montura.
Tomé su redondo y montes ronzal.
Así mis nervios
a la tralla
de los suyos.
Ahora me deja
en las cumbres
junto al dios de la niebla
y al pie de la pureza
del agua helada
del arroyo.
Me acerca
al candente bramido
del encelado ciervo.
Me traza estelas de nieve sin miedo
por todos los eneros.
Y en medio de los truenos
bajo la tormenta
amo su silueta
de guerrero altivo
que se calla la muerte.
Algún día
me acercará
al único crepúsculo que me haga
saltar las lágrimas.
Me quedo con este
planeta de hierro
que me deja en la belleza abstraído
sin cabida
al fin sin pensamiento!
© Rubén Lapuente
Foto en Mojón Alto con mi jeep Wrangler
8 comentarios
gabriel palomeque -
Teresa -
Zeltia -
aunque a mí me da igual un coche que otro... pero necesito mi coche. gracias a tenerlo he podido llegar a lugares en los que he vivido cosas maravillosas. sin coche sería una prisionera en la ciudad.
qué de palabras "silvestres" has utilizado! y sï que has podido transmitir esa libertad que te proporciona!
Joselu -
me acercará
al único crepúsculo que me haga
saltar las lágrimas.
Hermoso. ¿Qué crepúsculo será ese? Interesante poetización de un objeto. Nosotros estos días estamos despidiéndonos de Azulito, el OPEL ZAFIRA que vino con mi hija pequeña y que nos ha llevado a multitud de sitios, pero en las últimas semanas se ha negado a continuar. Era de la familia. Entiendo tu aprecio y adhesión a ese Jeep, todavía más íntimo y aventurero.
juana -
Besos,Rubén y feliz domingo.
milagros -
Maria Socorro Luis -
Y tú sabes encontrarla.
Bss. Soco
barrychello -