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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

A VISTA DE PÁJARO

A VISTA DE PÁJARO

Arcas

De sangre caliente de corza en la nieve llena las arcas esta serranía.

 

Decibelios

Sería insoportable si nos oyéramos los corazones en el silencio.

 

 Golondrinas

¡Pero quién da cuerda a este vertiginoso carrusel de tijeras negras girando atadas a las campanas lentas de la torre!

 

Mortal

Si no existiera la muerte nadie escribiría.

 

Niebla

Tamos de plata de melancolía tengo entre los dedos de tirar hoy del jersey de la niebla.

 

Pájaro

Ese pájaro

vuelve y vuelve,

aunque ya nadie

le deje un puñito

de trigo

No sabe que

ahora

viven otros

bajo las tejas

Tampoco él

es el mismo

Pero la sangre

aún le recuerda

un viejo  brillo

de espigas

en mi mano…

 

Soledad

Hay lugares aquí en los que la soledad se perfila los labios.

 

Tejas

De subirme tanto al tejado a barrerlo de la tormenta de los pinos me voy aprendiendo las caras de la tejas.

 

Valiente

Ahora que sé que viviendo sólo arriesgo la vida, a nada temo.

 

Viento

Oh que acierto que aquí el viento sea invisible. 

 

Vocación 

Como un ave rapaz  

vuela bajando

su redonda carne

de luna llena

de agosto

Acecha

a unos muchachos

que nadan

en la noche

Que no saben

de conjunciones

de planetas

Que han de dejar

de esconderse

mañana

Sobre sus espaldas

deja caer

su cendal de rocío

de azares de plata

que lentamente

les entra en las venas

como un silbido

oscuro

de una boca

enterrada

En el embarcadero

del embalse

la luna llena de agosto

reverbera

sobre la piel mojada

de unos jóvenes

que han dejado

de ser

inmortales

                 ©Rubén Lapuente

              (El Rasillo de Cameros)

foto :El Rasillo

 

1 comentario

Joselu -

Veo una conexión entre el comentario que me has dejado y tu último poema en que el verso habla de unos jóvenes que han dejado de ser inmortales. No lo veo claro. No sé si es que con esa luna llena de agosto se simboliza la muerte en el embalse de alguno de ellos, levemente sugerida en esos versos "les entra en las venas/ como un silbido/oscuro/de una boca/enterrada". Por otro lado en uno de los versos del comienzo dices que nadie escribiría si no existiera la muerte lo que es probablemente cierto. Si fuéramos inmortales como se creen esos jóvenes -o se creían- tal vez no necesitaríamos la escritura. En el comentario que me has dejado has dicho que la literatura y la juventud son dos inmortalidades que casan mal. Veo toda una conexión de ideas cuyo sentido veo por encima pero se me escapa la realización poética concreta en esos jóvenes que de alguna manera tienen experiencia de la muerte.

En todo caso, son versos hermosos, bien pensados y realizados que nos traen el eterno tema, el permanente tema que late cada instante de nuestra vida llenándola de sentido o tal vez de sinsentido.