ROSAS SECAS
Ni recordaba que estuvieran ahí.
¡Cuántas veces las habré mirado sin verlas!
Han tomado un color
de rojo vino viejo,
de rescoldo de un voraz amor en llamas.
¡Cómo aguanta su armazón
la fiebre en su belleza!
¡Cómo se aprieta cada una a su muerte!
Las mantendrá quizá aún ahí
por temer perderlas en el corazón.
(“Las quiero sin aderezos
y a las nueve ” dije)
Yo soy un hombre de pocos regalos.
Ella, ya tenía el mío, un perfume, creo.
Y llamaron a la puerta…
Nunca había visto a nadie estremecerse.
Me miraba
y a un tiempo
al ramo entre sus brazos,
balbuceando con la lengua del corazón
palabras que yo sólo entendía.
Qué belleza al enseñarme
el aluvión de sus ojos.
Qué largo beso
sin sentirle los labios, ni la boca.
Caí en ella, sin vértigo, sin ocaso.
Un simple ramo de rosas…
Y había besado
lo que no se marchita nunca!
Han pasado diez años de aquello.
Y ahí siguen sus rosas rojas secas.
Ahora vivirán algo más apretadas…
¡Queda tan poco para que den la nueve!
©Rubén Lapuente
para mi jardinera de rosas rojas secas
4 comentarios
Cayetana -
Un beso
milagros -
teresa -
Me ha encantado el poema ruben
un beso
María Socorro Luis -
Un abrazo.