VIAJE A ÁFRICA
El avión te deja en el corazón
del borde de la vida.
Del rechazo
de la inseguridad
casi del miedo
a la llegada
pasas
en un respiro
al hallazgo
de una esbelta silueta
de nueva belleza negra
que al verte mirar la vida
desde la ventana
te invita al festín
de su misérrimo corral
de una sola gallina.
Y notas que su mañana está muy lejano.
Que su ahora siempre es el alborozo.
Y ves que como no tienen nada
no desean nada.
Que nadie va a venir a darles la vida
que no vivan ellos.
Y te duele
que la incertidumbre de la muerte
tan temprana
haga nombrar a sus hijos
con espera:
Que aquí sólo se vence a la muerte
pariendo y pariendo.
Niños que te los encuentras
persiguiendo
a una vieja rueda rota
o haciendo juguetes de barreduras
que desde la otra punta de la calle
corren a tu encuentro
con su eterno raigal
de alegría en el rostro.
Y aquí como sólo se habla de la vida
te la cambian:
Lo notas
en que muda tu piel de serpiente
de viejas servidumbres
en que tu deseo se va acercando
al sueño de una piedra
desnuda
envuelta en esa luz ámbar
que todo lo envenena
de alegría
de pura vida.
©Rubén Lapuente
foto de Victoria niños en una calle de Tombouctou .Malí
8 comentarios
Carmen -
La mirada de esos niños y su alegría es una lección para todos .Gracias por tus bellos poemas. Un beso.
Maribel-bel -
Zeltia -
pariendo y pariendo...
es como si la vida no importara en qué individuos habita.
me parece terrible,
y está tan lejos de nuestra concepción de las cosas...
Teresa -
Un abrazo
María Socorro Luis -
Tu poema, precioso, dice mucho. te felicito.
milagros -
ricardo -
Un saludo
Joselu -