TRAPECISTA
En el talco
enjuga sus manos
de sudor
del sueño
de caer a la arena
En la mitad del vacío
de su balanceo
se suelta
Y vuela
Y no hay nada ni nadie todavía
Aún las manos del otro
no están
Vienen
Están llegando
La emoción del alivio
vuelve a soltarle
Y otra vez vuela
Pero el trapecio solo
no ha llegado aún
Todavía está
viniendo
Se pierde y se encuentra…
Abajo
de perfil de los labios
gemelas palmas
se juntan
un momento
apretadas
en el redoble último
Y le asoma el esplendor
de la belleza íntima
La misma que la de aquellos
primeros pasos
vacilantes
sobre la baranda
del portal
o sobre la cimera del muro
cuando un dios
le avellanaba
la tarde
de luz en su luz
Camino del carromato
Nimbado de aplausos
Sabe que su travesía
es un círculo
Que por arriesgar la vida
no la vivirá nunca
Que para que fragüe
el hechizo
no debe abandonarse
Que para reinar
dentro de sí mismo
debe enlazar
noche tras noche
el eterno sueño inquieto
de tropezarse
en el aire
©Rubén Lapuente
6 comentarios
Teresa -
Me ha encantado el poema Ruben un beso
mucha -
beso
sonia -
aunque esta vez me siento un poco invalida.. jeje
un besote
Leyre -
Saludos
Zeltia -
que inquietante poema, rubén
espero que todo sean buenas noticias
Isolda -
Besos de luz avellanada.