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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

LA NAUSEA

LA NAUSEA

 

Estás boca arriba en la yerba

y en un tris  sin pensarlo  ya te has subido

a la grupa de esa nube

al lomo de una que parece un pez puro del cielo

y que te lleva a recorrer la tierra

ésa que de pronto alguien desde dentro tuyo

se la imagina como una pizarra azul

y en donde todo lo que se mueve

deja una estela de tiza tras de si

sí   que desde el cielo

fueran rayas de tiza rastro de la existencia

caminos de vida de tiza

la única huella al ir pasando

tú solo ves eso

líneas que van y retornan

que avanzan que bailan…

ese blanco roto de ovillo de años

lo vas viendo enmarañarse...

cada historia

la tuya también

es un garabato de yeso

y sólo desde el cielo se ve así

lo ves tú así

rayas como estelas avanzando

de casa  a la fábrica  al bar  al sueño

se entrecruzan  se confunden

unas lentas otras tendidas  inmóviles algunas

rematadas ya por un cabo de quietud…

y tú a la espalda de una nube

de la que aún no sabes

que va encinta de olvido

o de oscuridad de sueño

o de aguaceros

hasta que su lluvia borra las rayas sin vida

las que ya nunca se moverán las borra

en ceniza de tiza las diluye…

y tras la tormenta

otra vez las líneas

que vienen  que vuelven  que avanzan

que bailan…

la tuya también garabato

parado ahora boca arriba en la yerba…

 

y te viene la nausea

                            ©Rubén Lapuente

4 comentarios

Zeltia -

ese final inquietante.

Julio G. Alonso -

A botepronto del título de tu poema pensé en A. Camus; luego, la lectura enredada de nubes y sueños me llevó a otra naúsea más amable y llena de vida. Y me quedé tranquilo.
Salud.

Maria socorro luis -

Siempre me conmueven tus poemas. Tan únicos. Tan solotuyos...

Abrazosdesiempre.

Noches de luna -

Qué buena representación de lo que percibimos cuando miramos las musarañas y se nos aparece (cada vez más) esa vida aparentemente enmarañada: "líneas que van y retornan
que avanzan que bailan (...) rematadas ya por un cabo de quietud". Trazos gruesos, suaves, crispados y, claro, "enmarañados". Ya no "me viene la náusea", estoy cada vez más en la serenidad, el silencio del camino.¡Ojalá me dure!

Un abrazo
Victoria