MOTEL RODANTE
Era dulce y joven
y violento
y abrumador
quemándote
como un verano
tórrido
Inevitable
su flor
clamando
en la carne cada día
Clandestino
Y de amarse a si mismo
a ir a agotarse
al camastro
del motel rodante
sobre el tapiz del asiento
mitad vestidos
dos viajeros submarinos
dos reptiles
de belfos
agrietados
en la pila del otro
abrevando…
Veo ahora gracioso
la cabeza
de periscopio
subiendo bajando
subiendo…
tras la ventanilla
Me viene
la música de berrea de gozne
de ballesta
acompasada
de voces
de grillos
y de perros lejanos
Me viene el placer
quemándose
en ese mástil
de enseña en llamas
con su pie de planetas
oscuros…
y toda el agua rosa de su llaga…
©Rubén Lapuente
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