BOLSILLO ROTO
a Carmen Sevillano
Es como si me estuviera dictando
o cosiendo los versos
Qué fácil inclinarme para beber
en el cuenco de mi mano
el agua de su fuente de hilachas
con rumor del pedaleo
de su eléctrica rueca
en el runrún del desfile
de sus puntadas exactas
en este cuarto de hilandera
cuyo ruido de fondo
semeja un café bar
con modistas musas…
A la huérfana soledad
del silencio
tirado
en su cita conmigo
ondeándome su red
de banco de peces del dolor…
que no me espere!
Me quedo aquí
junto a sus bártulos
frente a sus criaturas
Y me enseña el arrullo
para el hijo de Viviana
para esa triza de trino de colibrí
sin naricilla aún
o el faldón para la hija de Elena
aún esqueleto de plastilina que ya pone
el oído en la pared de su vientre
al que en un santiamén
le borda un tallo de rosas
de profunda y oscura belleza
con un tono distinto
en cada una…
Me enseña cómo va
la alfombra de almazuelas:
ni lavándome con una libra
de perfume de nardo puro los pies
merecería pisarla le digo
Y ya casi se me olvidaba
que yo había venido
para no oír más el tintín
de mi manojo de llaves
cayendo por el tobogán de mi pernera
Que tengo el bolsillo roto
Y qué vergüenza no saber casi
ni enhebrar una aguja!
Oh Mientras le cose la herida al pantalón
No se da cuenta
Pero por dentro mío
no sé dónde meterme
©Rubén Lapuente
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Julio G. Alonso -
la alfombra de almazuelas:
ni lavándome con una libra
de perfume de nardo puro los pies
merecería pisarla le digo"
Sencillamente, hermoso. Felicidades veraniegas, Rubén.
Salud.