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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

A DAY IN THE LIFE

A DAY IN THE LIFE

 

Vas al volante, ausente, como en una barca a la que le rompieras los remos, dejándote llevar por las aguas de esa canción que siempre te suena oculta en el fondo invisible de la melancolía y a la que no dejas callarse. El limpiaparabrisas barre la lluvia, desempaña también esas pequeñas miserias, esa cuchilla del tiempo que saja veloz gotas de cobarde, tropiezos en la vida, ese dolor de madre tan  metido dentro…Ni sabes quien conduce. De pronto, desde el rellano del espejo retrovisor, al arreciar la tormenta, ves a tu niño que al redoble de la sirena de inmersión de su garganta, cierra la escotilla, baja el periscopio, dibuja en el frágil vaho de la ventanilla una claraboya con su risueño caballito de mar dentro. Le ves apagar la luz de la madreperla de su camarote, ya en un remozado Jeet de viaje submarino a ruedas,  ya con galones y gorra de capitán Nemo. Luminosos ojos sin párpados  saliendo de la niebla del agua, te fijan ese ladeado gesto suyo  del antebrazo sobre los ojos parando los chorros de fuego de luz mojada de los faros enemigos…Suena “ a day in the life” por enésima vez. Y  en ese puente musical, en esa caótica escala oscura de lucha y de miedo y de alarido y de vida de la canción,  su agitado braceo  espantando al calamar gigante que nos enrollaba con sus ocho enormes tentáculos parecía el baile de la sombra de las llamas  de una hoguera de San Juan en la pared, la danza del alma de un vendaval  en su ropa tendida; parecía un trozo de naturaleza…

Al volante, saliendo de la tormenta, en el rellano del espejo retrovisor, ni un ricito castaño quedaba. Eras tú. Sólo tú hacías de niño. Tú, irracional braceabas  disparatado. Tú, solo, golpeabas en el silencio. Tú, talludito inmaduro. Tú, con lo absurdo. Imitabas una mirada en el tiempo. Tú y tu puñal de ironía que mantiene a raya la lejana queja sonora del dolor de ser hombre: su melancolía… Y ahora otra vez nada es ni medio serio; nada se confiesa herido. Todo vuelve a la calma. Todo parece dormido.

                          ©Rubén Lapuente

 un dia en la vida the beatles

2 comentarios

Julio G. Alonso -

¡Qué voy a decir yo de los Beatles! Todavía hoy me sorprenden sus temas y la memoria se arrebuja en la juventud temprana en que inspiraron parte de nuestra natural rebeldía.
La foto, con Paul que parece dormir y soñar rodeado del grupo, perfectamente escogida.
Salud.

Joselu -

Descubrí a los Beatles en 1969, justo cuando se habían separado, pero para mí fue una revelación escuchar conscientemente canciones que había oído de modo inconsciente docenas de veces. Creo que es el único grupo del mundo que me ha conmocionado. Me pasé años comprando sus discos (cassettes) y tuve toda su obra (que he perdido). Para mí es el mejor grupo de la historia. Sin embargo, me cuesta oírlos ahora. Nunca volvería a comprar su obra. Mis hijas descubren ahora algunas canciones de ellos que a mí me encandilaron. Cuarenta años después. Es curioso.

Una evocación muy hermosa, como sueles, hoy en prosa.