ROPA TENDIDA
Mira que tarda uno en encontrarse
en las pequeñas cosas
(¿sin importancia?)
Veces y veces
tendida mi ropa al poquito de sol
que cruza el patio
¡Y cómo no verme nunca
partido en los alambres!
¡Si parecen banderas de mi cuerpo!
Zarandeada
Despojada ropa de lo que rezuma mío
¡Y cómo no pararse a mirarla
en su recreo sin mí!:
En esa silueta fugaz…
¿No he sido yo?
En ese jirón del viento…
¿Así caería herido?
¡Qué señorial en la quietud de ese perfil!
Cómo apura en secreto
la última gota
de lo que dulcemente
me ha robado sin querer
(¿Se puede hacer belleza
de lo cotidiano?)
Y abro la ventana
y tiendo mis brazos
hacía lo más corriente
a lo inagotable
de la eterna pequeña
rueda de la vida
junto a otros brazos del piso de abajo
junto a otra cabeza
en el chirrido del tendedero
que nos descubre…
Y tiento
y recojo la ropa
como si de una sola pinza
pendiera el azar de mi vida
(¿Se puede sentir placer
de lo cotidiano?)
Y me visto
con la renacida pureza
de la ropa
con ese poco mágico
que también le lleva al corazón
una camisa limpia
©Rubén Lapuente
8 comentarios
irene -
Un beso, Rubén.
Teresa -
Un beso
virgi -
Y tus poemas, como siempre, tan dulcemente reales.
Besos
Zeltia -
Olvidé comentarte que la foto me gusta especialmente
Zeltia -
de lo cotidiano?)
Yo diría que sólo cuando lo pequeño y vulgar se vuelve translúcido penetrado por la mirada sensible.
Cuando se toma conciencia, se conoce, se sabe la inmensidad del milagro que cabe en el acto más cotidiano.
(me ha gustado mucho la idea, te acompaño en el instante en el que surgió y fuiste a por el bolígrafo, y rápidamente escribiste lo que luego sería un poema)
ricardo -
Un abrazo
María Socorro Luis -
Besos.
MARIA -