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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

LA PEONZA

LA PEONZA

 

La peonza

Lo más banal

Casi nada

La encontraste

al vaciar la casa

cerrada

por la muerte

Es la tuya

Tiznada

La tocas

y te quema la savia

de sus días azules

Tiene vida

Ocho años

más joven que tú

Aún con limaduras

de apretado color

de lapicero

de tu mano

infantil

Son tus huellas

Bajo el agua

la limpias

de sombras

primero

Le abres las ventanas

La secas

Es la tuya

Llena de tumbos

de niño

De vitola de tirones de zumbel

En la piel de loza

de tu palma

estirada

bailaba

hasta emborracharse

Es la tuya

Tiene tus huellas

Y te la llevas

a un estante

de tu casa

Y todo lo de a su lado 

se empequeñece

Tiene entraña

Y recuperas algo

que te mira

Ya a alguien

que comparte

contigo

la misma herida

del tiempo

                  ©Rubén Lapuente  

4 comentarios

Julio G. Alonso -

Creía haber dejado un comentario al leer este poema y evocar recuerdos de la infancia, juegos en los que se ponían a prueba habilidades para la vida, para competir con reglas claras y sin trampas, para divertirse y aprender a ganar y a perder.
Salud.

virgi -

Un trompo que gira y gira y, en sus vueltas, nos trae aquello tan dulce que no ha de volver.
Precioso y melancólico.
Besos besos

Zeltia -

Que emocionante, Rubén. Supiste transmitir ese choque emocional con los recuerdos hechos materia.

Maria socorro luis -

Rescatar un trocito de infancia, darle vida...

Eres único, Rubénpoetaniño.

Besos