CUCURUCHO DE CASTAÑAS
Nunca había sentido que el tiempo no corriera
Que holgazán hozara lento en el barro de la tristeza
Salgo del tercio de cada día de mi vida en una silla
al mar de las luces de diciembre
al olor que me evoca lo bello mío dormido
el de estas asadas castañas
pequeños cálidos corazones de caoba rotos
que llevo a casa
en un cucurucho de papel
que atravesarían hasta un turbio vidrio
empañado de melancolía :
Son flechas de luz de vivo aroma nuestro
Sobre la mesa de la cocina
esparzo doce fábulas de niñez
o la forja de futuros recuerdos
Y al olor mágico ya no viene primero lo zampón tierno
sino ese devaneo de mano de muchacha
que hurgaba en el hogar del bolsillo de mi abrigo
enamorada
que entorna ahora los ojos con mueca de placer
Y me extraño de no verle ni una estela
de vida herida
©Rubén Lapuente
2 comentarios
ANONIMO -
virgi -
Dos abrazos, uno para ella, otro para ti.