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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

MILAGRO

MILAGRO

 

Me fui a abrir la casa

cerrada por la prisa

Las sábanas lo cubrían todo

y al quitarlas era como

si descubriera  una parte mía

El sol le iba descosiendo las legañas

Pintándola de fuego

Le abría los poros

de la piel de muchacha de piedra rosa

La primavera entraba descalza

 

Y yo no hacía nada más que mirar

 

Me subí al tejado a quitarla

el aguacero de los pinos

pero me quedé mirando

cómo el embalse del valle tan bello

se iba bebiendo la niebla

La llamé para decirle que el sol

estaba dentro de la casa

Que todo estaba naciendo otra vez

Que sus plantas se frotaban

los ojos con los puños

como niñas al despertar

Que la vida no se cansa nunca de volver

más hermosa

¿Pero lo has puesto todo bonito?

Oh  Si  Si  Todo empieza a estar radiante…

 

Y yo no hacía nada más que mirar

                           ©Rubén Lapuente

                         (El Rasillo de Cameros)

Foto :mi glicinia despertando

5 comentarios

Zeltia -

que fantástica muisión! ser el adelantado, el que prepara, el que muestra, el que ilumina!

Isolda -

Qué maravilla, Rubén! El milagro de la primavera. Me encanta eso de las plantas frotándose los ojos como las niñas al despertar. Y el sol ya está en la casa; no dejes de mirar, estará radiante. Como dice Soco, un magnífico presagio que llegó con abril. Muchos besos, como brotes, a miles.

Laura Caro -

Me cautivó la sensibilidad de tu poema.
Cada primavera es un milagro, una oportunidad de renacer la naturaleza; cada mañana es una primavera.
Un abrazo, Rubén.

Antón de Muros -

Es que hay que saber mirar, Rubén :-)

Saludos.

Antón.

María Socorro Luis -

Precioso, precioso.

Como un feliz presentimiento.

Un poema diez, Rubén. Con besos para dos.