LA BELLEZA
La belleza no tiene envés.
No guarda grados.
La paleta del tiempo
coloreó ese abanico
de plumas enamoradas.
Dibujó los ocelos
que ahuyentaron los acechos,
las traiciones,
la muerte,
y ahora son ardides
de una dulce cárcel
de miradas de deseo.
¿Cómo dudas de la belleza?
Si estuvo en ese duro perfil
tuyo sorprendido.
Si está en la gota de sudor
de levantar cada mañana
tanto cuerpo destrozado.
Si me la lanzaste,
sin querer,
radiante,
desde el profundo abismo
de tu boca besada
sin tiempo.
Rubén Lapuente
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