Blogia
El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

EL DEDO CORAZÓN

EL DEDO CORAZÓN

 

               No te engañes.

         Esa manecita sin tiempo

         ha salido de la nada.

         Se aferra al rumor

         lento y espeso

         de tu sangre.

         Necesita ese dedo corazón.

 

         Me da vida, dirás.

         Quizá ganes tiempo a la muerte.

         Pero a ti no te salva.

         Esa mano no es la tuya.

         No la tienes.

 

         ¿No comprarías una

         con palma y dorso

         que te diera las caricias?

         ¿Una  mano de esas

         de andén o del puerto

         que se quedan siempre

         a lo lejos

         Una mano que corriera

         la sábana blanca

         de tu último sueño?

 

         Hay una soldado

         de la edad dorada

         que me cuenta a la noche

         batallas perdidas :

 

         “¿Sabes?

         Hoy no han llegado a tiempo…

         Como un bebé me ha cogido

         el dedo corazón…”

 

        Que no te engañen.

        Que no te olviden.

                            ©Rubén Lapuente

2 comentarios

Joselu -

Esa mano que te coge bajo la manta cuando estás viendo un concuros de la tele; esa mano que te coge un dedo cuando estás leyendo un libro por la noche en la luz ambarina de la habitación. Hace tiempo que no tengo cerca un bebé. La imagen del anciano con la manita del niño es una maravilla, igual que este poema sobre las manos.

PABLO -

Te felicito por este hermosísimo poema.Criar a hijos, a nietos, para acabar una vez que estás torpe, y lo veo todos los días en una residencia.Muchos se mueren sin esa mano.
Un saludo