TIRANOSAURIOS
Andaba siempre
por la casa
con sus bichos
Entrabas en su habitación
como a un parque
de atracciones
del jurásico
Una patrulla de reptiles
velaba
su primera peonza
su bólido de cuerda
sus canicas
que ahora
reconvertidas
en huevos
incubaba una fiel maternal
tiranosauria
Hasta
en una cubitera
tenía a un triceratops
haciéndole pasar
la edad del hielo
Y nada de saurios
con un hoyuelo en la barbilla
Los quería
bañados en azogue terrorífico
con gordos golondrinos
de acné cavernario
Bien curtidos
en zurrar la badana
Ah Y a punto
de descuajaringarse
las mandíbulas
Era su otra familia paralela
la de su planeta
bajito
al que llegaba
en un pestañeo
llevándose también
esa mueca de dolor
que yo veía que le
venía a veces
Esa espiga muerta
que brezaba
el viento de su sangre
pero que nadie
por esos andurriales suyos
tan angostos
la alcanzaba
Y ahora que hago limpieza
de media vida
parecería que tanto bicharraco
fueran sólo gramos
de escamas de goma
pero cruzando
esa batiente puerta
de claraboya
tendido sobre
una sonora camilla camino
del pavor
viéndole apretarse
a uno de estos tiranosaurios
que vuelan a la basura
sé ahora que hay cosas
que sólo pasan al principio de la vida
esas de un hilo de humo
de pureza sin memoria mañana
pero que yo
ahí estaba para atraparlas
Que pueda verle ahora
que viene a nuestro estío
oh afortunado de mi
verlo también
también desde su olvido
©Rubén Lapuente
3 comentarios
Zeltia -
Julio G. Alonso -
Puede, incluso, que conservemos algunos juguetes (a mí me pasa); pero al mirarlos, si no es con los ojos quijotescos de la imaginación, son solamente pobres objetos. Por eso, los que no conservo, están más vivos y rodeados de recuerdos y su imagen es más poderosa.
Salud.
Joselu -