NIÑO PINTOR
El color, ese sufrimiento
de la luz(Goethe)
Si le doy a mi hijo
una tiza, un pincel,
un lápiz de colores.
le doy la mano del viento
Le doy el vuelo
de un hilo de alambre
del sueño.
Y me pinta una casa
su bólido,
un sol amarillo,
y a un tipo con antenas
(¿o es su remolino en el pelo?)
con sonrisa de payaso
No titubea, no tacha,
no copia, no sufre.
Aprieta el color
para que salga más intenso,
más llameante.
Y, o rompe la mina del lapicero
o se queda sin fuerzas,
medio dormido,
sobre los colores.
Sin una pizca de pintura
en la memoria
lo que le sale es definitivo,
original, puro, sin patraña.
Y lo hace de carrerilla
como si llevara mucho
tiempo en el arte.
Luego pone su nombre
a la lámina con letras
desmedidas:
Y la olvida para siempre.
Y a otra cosa, mariposa.
Rubén Lapuente
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