SOL
¿Para qué soñarte
si eres sólo
una hoguera más
de cualquier noche?
Tú,
despiertas un desierto,
atronas un bosque,
azuleas un glacial,
desnudas una espalda.
Pero sólo eres algo
cuando yo te pienso.
Y sé que somos lo mismo,
que vengo de ti,
añico tuyo,
como todo lo que veo:
mi dios, sin saberlo.
Y en tu honda me alojas,
me giras,
como tú te cobijas
en otra mayor
que a su vez voltea
el Universo.
¡Si te pudiera mirar
sin cedazo,
humilde, mojado,
como emerges
del horizonte del mar!
Tu declive tan lento
es peor que el mío:
tú no puedes matarte,
mi dios, sin saberlo.
Rubén Lapuente
2 comentarios
Zeltia -
si entendí,
ves como un poder el hecho de poder terminar con tu vida, mientras el sol no.
y, bueno, qué realista soy, jaja
esa bola de fuego inmensa, que si tuviésemos a otra distancia distinta, ni tú ni yo existiríamos,
sí que se muere de día en dia, en millones de años su fuego se apagará.
como todo.,
sin embargo, en otras partes del universo (infinito, uff) nuevos soles están surgiendo.
me mareo.
Fernando -