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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

A MI JERSEY

A MI JERSEY

 

Hay cosas que

las sostiene su envés

Esa trastienda

donde siempre una misma

joven brisa

ronda corazones invisibles

Donde una rosa

se turna

tapando

cada lenta agonía

Hay cosas

que no se tambalean

Me pasa con algunas

fotografías:

con retratos que andan solos

Con mi vieja cama de latón

Con cierta pintura…

Pero sobre todo

con este jersey

de lana

que espera alguna tarde

en la palomilla del armario

el recuerdo

del ala de mi mano

Y que esconda

el reclinar de un cuerpo de muchacha

o diamantes de saliva

de besos furtivos

que tenga

pequeñas lágrimas de rozaduras  

de tumbos de bicicleta

en su regazo

o  agujas de rocío

de noches

en el balcón colgado

de mi ladera de trinos y estrellas

que tenga esa última

huella

de su palma en mi dorso

como un puñal infinito hundido…

no me basta

para comprender este

idilio

que dura

más de treinta años

Hay algo más aquí

que una larga hebra de la memoria

De trama

de estambres de jirones

de vicuña herida

en alambradas   

al viento helado de los montes debe

estar hecho este bicho

que parece

ajuar de piedra

Y siempre

con la misma edad

Como si lo estrenara

cada vez

Me gustan

esas hebras de tierra

Esos pequeños vellones azules  

blancos y naranjas

que giran en mi torso

como astros

ya alejándose

pero de su enfermiza

bella palidez…

Y que aún me embriague su cárcel  

Por la casa me

lo pongo alguna tarde

y me sonrío

pensando que algún día

podría cansarse

de mí

como si

fuera indigno

el que yo lo llevara

 

¿Pero por qué no veo un harapo?

¿O es ya un harapo?

 ¿Por qué no se tambalea

como yo?

                      ©Rubén Lapuente

3 comentarios

Zeltia -

Hay algo más aquí

que una larga hebra de la memoria

desde luego.

Julio G. Alonso -

Exquisita esta exposición sobre lo que de nosotros encierran muchas cosas y su poderosa capacidad de evocación. En este caso se trata de una prenda de vestir, pero coleccionamos a lo largo de la vida otros objetos, cartas, plumas, cuadernos, juguetes, abalorios, libros... que son sueños, ilusiones, deseos, promesas, sensaciones... que nos sobreviven. Perfecto y hermoso poema, Rubén. Voy a desempolvar mi armario.
Salud.

Joselu -

Me atrae ese amor por las pequeñas cosas que conviertes en cercanas y extraordinarias. Ese viejo jersey que te pones todavía y disfrutas con su historia unida a ti. Este afecto hacia lo cotidiano convertido en maravilloso es la esencia de tu poesía. Y ello tan alejado de la realidad que viven los niños y los jóvenes en que todo se desdeña y abandona después de la temporada. Piezas de ropa baratísimas, fabricadas por niños esclavos, tecnología que no dura ni un año, nada adquiere espesor en este tiempo. A mí mi mujer me tira la ropa que considera anticuada, y a veces me descubro añorando tal jersey o tal camisa que estuvieron unidos a mi. Al parecer esto no te pasa a ti.

Un abrazo.