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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

MAR ADENTRO

MAR ADENTRO

Uno muere cuando nadie le recuerda

Ya volvíamos al viejo puerto. El de la desafinada sonata de bocinas y gaviotas. El de la acicalada hilera de boquitas recién pintadas con  toda la fila de puntillas moviendo frenética, ya fin de cuarentena, las ardientes alas de las manos.

Semanas de tobogán de atunes bajando al vientre de salmuera del barco, preñándolo de recamadas luces heladas.

Un cercano compañero del babel de los ronquidos, haciéndome ese gesto de tijereta al acercarse dos dedos a la boca, abandonó la litera…Tenía esa sonrisa sin acabar de romperse. Esa mirada callada envuelta en lejanías.

Desde la cubierta, subiría una trenza de humo hacia la arboladura de las estrellas. Volaría sobre la popa su apurada última amarga colilla, antes de que sus botas hicieran de noray de su ropa bien doblada…

Una nota en un pósit azul asomaba por el bolsillo de su camisa…

Ya en el puerto, rota la fila de carmín, rodeándome de la cintura mi añorada rama de carne de tierra, caminando con el arrebol de sus mejillas, con paso rápido hacia un barbecho tálamo anclado en los besos de ayer, me buscó sobre las aguas, en un reflejo de luz de acero, el charol de su memoria, mientras en el bolsillo de mi chaqueta, mis dedos desleían una nota, amasaban una bolita de papel azul…

El mar quiere a sus hijos desnudos. El claro olvido habita mar adentro.

©Rubén Lapuente Berriatúa

mi nuevo blog http://rubenlapuente.blogspot.com/

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