KAMIKAZE
Me brindan una muerte hermosa
Vendrá a recibirme la gloria
Fue aquel filo de acero en las palabras
Aquella arenga que macera la carne
en orgullo en dignidad en pureza
Que trasciende la vida y la muerte
El emperador te sueña me dijeron
Y cómo negarme si el valor
de la vida ante el deber
tiene el peso de una pluma
Cómo no dar un paso al frente
si nos están humillando
A la cabeza me he anudado la cinta
de mi patrio sol rojo violento
Oh felicítame madre
como una tierna flor de cerezo caeré
le he dejado escrito
Sobre el mar de aguas de jade tembloroso
éste será el último cielo azul puro que veré
Abajo ya avisto el gigante acorazado
Y en picado mortal como un Ícaro
de plata desciendo esta curvada hoja
de acero de viento divino…
Mil veces mil trepidante gira la hélice
Oh todo viene hacía mí
como en ancas del vértigo
En la carlinga no cierres los ojos
me dijeron
Que viene a recibirte la gloria
Que todas las flores de cerezo del templo
brillarán para ti
©Rubén Lapuente
Poema publicado en la revista La Fanzine
Foto : Un grupo de pilotos Kamikazes: Jóvenes desbordados por las desgraciadas circunstancias de la guerra(4.615 jóvenes japoneses se inmolaron)
4 comentarios
Julio G. Alonso -
rubén lapuente -
Julio G. Alonso -
Joselu -
Dejando el tema aparte, el poema es eficaz y refleja ese idealismo guerrero preñado de alegría con esas flores de cerezo que brillarán para el kamikace.
No era un pequeño enemigo el pueblo japonés. Cuando fueron vencidos no guardaron rencor contra sus enemigos sino que reconocieron que habían sido mejores que ellos y los respetaron ¡Qué pueblo tan sorprendente!