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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

LA HABITACIÓN DEL HIJO

LA HABITACIÓN DEL HIJO

Son miradas

que nos hacen callar

Que lo dicen todo

Un día tenía que ser:

Las alas del hijo

Su vuelo alto y lejano

 

Por la puerta entreabierta

de su habitación

qué zarpazo

del silencio profundo

Cómo rasguña por dentro

esa franja de luz

Cuánta vida parada

en esa vislumbre fugaz

 

Se nos olvidaba

que ese trozo tuyo y mío

era nuestro dulce huésped:

vagabundo de su porvenir

 

Y ahora

nos acostumbraremos

a no oler su perfume 

de muchacho bueno

A no oír su voz templada

nunca por encima de un grito

¿Echaremos de menos

la sabiduría de su sencillez?

¿Y mis torpes manos

se apañaran sin las suyas?

 

He llenado dos copas

de ese dulce vino de orgullo

que achica además

la ausencia

Y contigo mujer

que te veo ahora

ordenando 

en su armario

la ropa que no se ha llevado

brindamos con miradas

que nos hacen

callar

                           ©Rubén Lapuente

 a mi hijo Rubén

13 comentarios

CARMEN -

en un principio me negaba a leer este poema,mis lagrimas afluían y no me dejaban continuar pero hoy puedo decir que es verdad mi hijo bueno ha volado,pero está siempre ahi,mi hijo prudente hoy me arropa y da consejos y siento que está bién,independiente,libre,buena persona ante todo y por encima de todo buén hijo.sigue su camino como yo lo hice y me siento bién y tranquila porque se que nunca nos abandonara en espíritu y la distancia no cuenta.siempre lo siento cercano y pendiente de todo y eso me hace sentir bién y orgullosa como madre.un besazo a ambos.

ANA -

hermoso poema,me deja sin palabras y con un nudo en la garganta.ese condón umbilical que nunca se rompera cuanta sensibilidad y amor.gracias por aportarnos momentos de lectura y recuerdos vividos y siempre presentes.

Zeltia -

cuando lei tu poema no sólo pensé en mi hijo.
pensé en mi madre.
todavía siento dolor retrospectivo por mi falta de sensibilidad cuando llegó ese momento.
Intuí que mi vacío sería grande, pero el tiempo me demostró que nunca consiguió llenarlo y yo estaba demasiado ocupada viviendo mi vida.
Sé que hubiera podido alegrarle muchos dias de su vida con más visitas, con acogerla en mi casa con más entusiasmo...
pero es verdad que su presencia estorbaba mi tipo de vida y no siempre era bienvenida, aunque yo lo aparentase.
Pero no era tonta.
Son remordimientos que todavía tengo, unos recuerdos en los que no me gusta detenerme, porquqe ¿qué arregla el remordimiento? ella está muerta y ya no puedo demostrarle mi amor.

Teresa -

Ruben cada día te superas más. Yo en el tema de que se vaya un hijo de casa no puedo opinar porque no tengo,ahora soy yo la que me he independizando y puedo decir que cuando me lleve la ropa de casa mi madre lo paso muy mal.
Un beso me ha encantado

angel Utrera -

Prefiero no opinar,,,Es un tema que me duele demasiado todavia, y que no tengo asimilado. Como decis algunos de vosotros es ley de vida, y es asi....pero ¿que quieres?, no puedo evitar sentirme frustrado...?

Zeltia -

Ya sabes lo que otras palabras sabias dijeron:
nuestros hijos no son nuestros, son de la vida.

No sabes cómo podría hacer mío este poema!
(excepto por lo de compartir esa ausencia con su otro progenitor.
Y entonces se queda pegada al alma, como un callo en un pie. hay cositas que sólo se pueden compartir con el otro ser con quien lo engendraste y lo criaste)

irene -

¡Ay! esos hijos, se nos van pero siempre los tendremos presentes, siempre nos preocupará su existencia, aunque los tengamos lejos.
Precioso poema dedicado a tu hijo y muy tierna y explícita esa foto.
Besos para los tres, Rubén.

Rubén -

Maravilloso poema, siempre me dejas con la boca abierta, a todos nos llega ese camino que seguir sin saber hacia dónde nos lleva.
No pares de escribir nunca¡¡un besazo enorme desde el Mediterráneo y no cambies nunca¡¡me ha encantado

virgi -

Tu sensibilidad, delicada y tierna, lúcida y positiva, logran emocionarme.
¿Podrías repartir mis besos?

María Socorro Luis -

Deliciosamente tierno y poéticamente genial... Es lo más bonito que te he leído y ya es decir...

Un beso para el padre poeta y otro para el muchacho, sin duda privilegiado.

milagros -

Entiendo perfectamente este poema. Hace un mes que uno de mis hijos sé independizó y hay dias que deshago su cama para imaginar que sigue conmigo. Un abrazo

Joselu -

Cuando he visto en mi blog el título de tu poema, inmediatamente he pensado en la película de Nani Moretti con igual nombre. El tema que abordas es inquietante tal vez si uno lo mira desde el ángulo de la nostalgia de lo que fue, de los momentos del nacimiento, infancia, pubertad, adolescencia y después su ausencia. Me duele pensarlo, pero quiero vivir intensamente lo que resta de niñez, ya pubertad, de mis hijas, que van inevitablemente cambiando y enriqueciéndome con cada metamorfosis. El día que se vayan será ocasión para que yo vuelva a viajar, tengo esa asignatura pendiente y quiero conocer África. Queda mucha vida por delante en mi ilusión. Un hermosísimo poema.

Noches de luna -

Para mí fue el comienzo de una nueva etapa cuando se fueron mis hijos, como otras que después se van sucediendo. Es bonito ver transcurrir la vida de una manera natural. Y es uno de los recuerdos íntimos más fuertes.

Tu poema de hoy es uno de los que más me gustan, quizá porque las palabras acompañan íntimamente, en un solo cuerpo, ese sentimiento tan único, lleno de nostalgia y de alegría al mismo tiempo que nos causan los momentos fundamentales y más vividos de nuestra existencia. Una maravilla de poema.

Un beso
Victoria