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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

SOL DE MIMBRE

SOL DE MIMBRE

 

Olvido

ocúltame

Sólo un rato

Solo

Déjame tenderme

bajo un sol

de mimbre

que traigo colmado el cuerpo

cansado

de alfanje

Déjame echarme

sobre un lecho

de vareada

lana

de sueños

Un rato

por los aledaños

de la vida 

A las afueras

de la muerte

Olvidado

Entrando

en la paz

del fondo de las cosas

sencillas

Comiendo monotonías

como panes

Deja que me eche

bajo un sol

de mimbre

olvido

Solo

ocúltame

Que bajo

a mi lagar de luz:

Flor de soledad

Ramo purísimo de silencio

Un rato sólo olvido

Y saber de mí

         ©Rubén Lapuente

  Foto de Ronald Trujillo

6 comentarios

Cuspedepita -

Transmites agotamiento y mucha necesidad de soledad para poder reponer fuerzas y seguir. Me ha dejado impresionada la intensidad de las palabras, que nos sorprende bajo esa foto que parece una contradicción con los versos, toda radiante liviandad.
Un fuerte abrazo

virgi -

Ya sólo con el título y la foto, me llega una sabia serenidad.
Besos besos

Julio G. Alonso -

He llegado hasta tu cuaderno a través de la entrada y comentario que dejaste en Lucernarios. Te agradeceré allí, como hago aquí, la amabilidad de tus palabras, Rubén.

Veo que gustas, sobre todo, del verso corto y tocas los temas con un intimismo muy evocador. Me ha gustado lo que he leído porque siempre cuentas algo en tus poemas, huyendo de los mensajes encriptados y las metáforas imposibles. Ha sido un feliz descubrimiento tu poesía. Conozco a algunos autores riojanos, como Adrián Pérez o Mario Martínez, para quien escribí el prólogo de de su tercer poemario, Nido de sonetos. ¡Una gran cantera para la poesía es La Rioja! Felicidades.
Salud.

Zeltia -

esqueceume a miña firma:
Zeltia :)

Anónimo -

las cosas sencillas.
comiendo monotonías...
la llave la veo aquí:
Un rato

por los aledaños

de la vida

A las afueras

de la muerte

(cuántas veces pensé "algún día añoraré estos días monótonos e iguales, y pensaré que aquello era la felicidad")

Un abrazo grande; que sueñes un rato sobre un lecho de lana mullida.

Isolda -

Triste y conmovedor tu poema. Ese "saber de mí" me ha impresionado. Pero llegará ese rato de olvido.
Dos besos, Rubén.