EL HIJO PRÓDIGO
Ha sido ese volcán
de racimos de soles negros
temblando en el remolque del tractor
que lentamente sigo
que no adelanto
lo que me ha hecho
alzar la cabeza al cielo
despertar de una ausencia
de demasiados años…
Voy detrás
rodando
como ayer en la vendimia
de mi infancia más luminosa
Y de pronto
en el asiento de atrás
por el espejo retrovisor
se me apareció
aquel niño mío antiguo
el de las chiribitas de un fuego
del alma en los ojos
pidiéndome que volvamos
que reanudemos aquella tarde
que dejamos a medias
esa de vencejos
con campanas lentas…
Que recuperemos
aquel paraíso
que abandonamos
al irnos a ese oficio de vivir
a ese mal invento
en el que con prisas
de un lado para otro
con la cabeza agachada
pensando en quiénes somos
se nos pasa la vida…
Y tan decidido en recuperarla
que me tira de la manga
del volante del coche
hacia la casa
la de la ventana que daba
a un ejército de viñedos
y aunque ya sólo está
bajo mis párpados
me la dibuja
en el revuelo de hojas
de un solo soplo
con pájaros que vuelven
y quieren que les siga por las calles
de sus primeros pasos
que piso con tiento
como si aún estuvieran
tiernas esas huellas
y medio sonrío por pensarlo
por verme tan inocente
tener sólo ojos para el suelo…
Cierro los ojos y
sobre los hombros de mi padre
a horcajadas ya soy un gigante
Voy sobre la mejor montura de la memoria
de tantos seres
alumbrados por otros
que salieron de otros
en otros
de un primero
que aún punza su recuerdo en su espalda
que yo jinete niño espoleo
y por primera vez
a mí también me alcanza
esa flecha del clamor
de la memoria en su boca :
“Ésa es la torre hijo
como la de tu castillo
como la de tu fuerte de madera
Ahí dentro
un puñado de milicianos
de tu misma sangre
dejaron los aperos
resistieron envueltos en llamas
vencieron a un ejército
con la dignidad
con el orgullo con el valor…
Nos devolvieron la libertad
Eran como ese puño cerrado tuyo
en el que atesoras
una piña del suelo
y tanto la aprietas
que ni el sueño de la muerte
te la arrebataría
No lo olvides hijo
cuando te avasallen
cuando intenten pisarte en la vida…
Recuerda que abrieron sus casas
las sábanas de sus camas
usaron su ajuar de venda
de cauce de un río de otras heridas
No lo olvides
cuando descarriles
tu tren de hoja de lata
cuando a tu lado veas sufrir
deja lo que estés haciendo
y ve ve
recuerda recuerda….”
Cierro los ojos
y veo a mi niño salmón
remontando suaves colinas
Veo su silueta recortada en el crepúsculo
empuñando su espada
de sarmiento de capitán
del mar de los viñedos
Y busca un tesoro
en un grano de uva de ámbar
Sabe que la alegría
en las noches de terciopelo
duerme en la copa de vino
que al trasluz de la luna púrpura
alza mi padre al viento de la vida
Y toca su dedo la gota
de rocío temblando
en el pámpano de una cepa
y entre los labios la deja
un segundo
como un diamante de saliva…
Veo su cuerpo menudo
bailando al son de pasacalles
en torno al templete de la plaza
con luna de septiembre vestida
con arreos de vendimia …
Voy detrás rodando
como ayer en los veranos
de mi infancia más luminosa
Remolcando ahora yo también
a todos los que nos han dejado
Que no se me olvide
que soy el mejor rocín de la memoria:
mensajero de la sangre de mañana…
Me voy enmarcando
en el espejo retrovisor
-mi niño antiguo se desvanece-
aquella tarde de vencejos
con campanas lentas en el viento
que dejé a medias…
La que hoy he recuperado
Me voy pero me quedo
en mi cuna de oro
de racimos de soles negros:
Cenicero
©Rubén Lapuente
Cenicero poema publicado en la revista El Regadio
Foto :réplica de la estatua de la libertad en la localidad de Cenicero que se creó en 1897 para rendir memoria a los Héroes de la Torre, valientes que resistieron durante el asedio de la torre ante las tropas carlistas.
2 comentarios
paz -
"Remolcando ahora yo también
a todos los que nos han dejado"
y ser el eslabón que transmite.
Me gustó transitar por tu memoria, salpicarme de la nostalgia.
(Y al pasar por Cenicero hay que quitarse el sombrero)
Julio G. Alonso -
cuando te avasallen
cuando intenten pisarte en la vida "(Rubén Lapuente)
¡Ah, qué buen poema! La memoria que nos enseña el futuro y descubre el presente, lo que somos, delicada y firmemente sustentada en unos versos que se dejan leer solos para convencernos de la necesidad de ser fieles a lo que somos. Un abrazo.
Salud.