LA ALIANZA
Al ir bajando la alianza por el dedo
todo el compromiso la vestía de oro
La llevaba como un trozo suyo
Siempre iba encinta de su ámbar
Parecía flor de retama Hija dorada
A ese ruedo de rueda de oro
en agua de jabón
le desbrozaba con mimo
el sucio sendero de sus letras
de sus números
Sólo así salía de ella
Pero empezó a ser presa de la carne
Corpiño de su talle de torre
Puro pulso de oro viejo en la noche
Soga en el cuello del anular
“¿Pero qué dices de la cizalla?
¿Sangre dorada por mi dedo?”
Y dejó la corona hundirse
Por los arenales de la carne
tan sólo asomaba un cabo de luz
de su corazón amarillo
Un día la bajaron a lo más oscuro
Y allí la pequeña sierra del tiempo
la hizo sólo anillo del hueso
©Rubén Lapuente
1 comentario
zeltia -
(y tantos que habré tenido una lectura tan personal que nada tendría que ver con la idea tuya... pero para eso los poemas una vez escritos, ya son de quien los lee)