MORTAL Y JOVEN
Sólo fue un momento.
En un escorzo casual mío.
En uno de los dos espejos
que forman ángulo en el baño.
Y de mi lado izquierdo.
Sobre alguna cómoda
sé que habrá algún instante de ella.
El tiempo va poniendo retratos
delante y delante…
En el fondo de un cajón
seguro que duermen sus cosas
a la luz de una rendija olvidada.
Cómo se parece a ti, oía desde niño.
Yo siempre creía
que me parecía más a mi padre.
Menos esta mañana.
Y de mi lado izquierdo.
Ahí estaba.
Casi miro el espejo con recelo.
Su rostro sobre el mío.
El mío sobre ella.
Su cara con la misma edad
que la que tengo yo ahora.
Paralizado me miraba en el espejo:
sus ojos, sus pómulos,
sus labios, su mentón…
Moví un poco la cabeza
para desorientarla,
para desenmascararla.
Me seguía.
Era la misma.
Abrí la sonrisa al mismo tiempo que ella…
Y desaparecimos.
©Rubén Lapuente
8 comentarios
Naranjita -
descubrirnos el parecido latente y sentirnos observados por los recuerdos de esos seres únicos,
que han dejado en nosotros más que sus memorias,
sus facciones en las hoy nuestras.
Me encanto!
Joselu -
Teresa -
Gloria -
La nostalgia emerge de cada verso.
Un beso.
vermella -
precioso.saludos.
irene -
Precioso de veras, me ha enternecido.
Besos.
Ricardo -
María Socorro Luis -
Te invito a pasarte por el mío.Un saludo poético.