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Se muestran los artículos pertenecientes a Julio de 2017.

SU ESPALDA

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Hoy se ha dormido

del otro lado

Madrugada de su espalda desnuda

De cada noche

que tuve su cuerpo

recuerdo uno distinto

pero no de su espalda

que detrás suyo oculta

que no la conozco

Su relieve me lo daban mis manos

que la leve luz

me desnuda ahora:

El atlas de su espalda

que sobrevuelo

siguiendo esa larga veta

como de labor de costura ciega

que por un momento

me la devuelve

muñeca de trapo hilvanada

frágil    mortal por primera vez…

E hilando cuatro lunares

ya tengo esa carreta de la aurora

atada a su rucio alegre

que cubro de zagales  de verano

de dehesa  de…

Hay ocelos de topacio naciendo

Tiene rezagadas pecas fugaces

de algún coletazo

de aquel cometa perdido

en la memoria de la noche

de su sangre…

Hasta que rubia de  luz

del trigal de mi infancia

la tengo     Y mía

Su pizarra rosada

en la que escribo estos versos

que se me borrarán

si se da la vuelta…

 

(¡Quieta…!)

Oh  Si se mueve ahora

se romperá la magia

(¡Oh  quieta  quieta…!)

Y me acerco así

casi sobre ella

cerrándole la espalda…

que no se me vuelva…

                      ©Rubén Lapuente

01/07/2017 09:10 rubenlapuente #. DE CORAZONES ( 20 ) No hay comentarios. Comentar.

EL COMETA HALEY

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Fue en el 86,  en aquel cielo limpio de la sierra de Cameros en Villoslada y a simple vista. Varios meses siguiéndolo.  Quienes mirábamos  el cielo estrellado con frecuencia. Los que buscábamos planetas en la clara oscuridad o carros o lebreles o arqueros en las constelaciones,  lo ansiábamos. Cada 75 años vuelve y se ve como esa estampa de los reyes magos con el cometa  sobre sus cabezas. El anterior en 1910, la poca contaminación de las ciudades,lo enseñaba tan claro,  que ese escalofrió de plata endemoniado no cupo en la cabeza de aquella mentalidad como si el fin del mundo llegara. Y las crónicas de la época en todo el mundo hablan de suicidios, de miedo, también de belleza, de admiración .Lo más, son dos veces  verlo en una vida: si de niño los viste,  de anciano quizás repitas. Yo al de 2062 ya no llego. Sí,  un día volverá el cometa Halley y ya no estaremos aquí, es cierto, pero nuestros descendientes,  mis hijos,  sí estarán, y ojalá  los hijos de mis hijos, y darán gracias por haber hecho que puedan experimentar lo mismo que nosotros, muchos años atrás.  La vida en sí misma es el cuento de hadas más maravilloso que se pueda contar. Por eso he dejado escrito este poema.

 

Era de noche

En mi pequeño balcón

colgado

de esa dulce ladera

de trinos

En aquel abril

tan limpio de oscuridad

Magullado de números

de papeles  

de oficina

con mi luna redonda de cristal

de espía del cielo…

iba de rama en rama

de cada estrella…

 

De pronto

sobre el alto

granero del agua

como una alada herida luminosa

como una cana melena

rota de viento

apareció el cometa

 

Ese trazo de tiza

atado a su radio

a su vida

Viajero de plata solo

que por primera vez veía

y por última

también

cuando regresara

a mojar su larga cola de lumbre

pero ya

sobre el seco río

del tuétano de mis huesos

me señalaba

lo que en realidad yo era:

tan sólo una breve

mirada en el tiempo…

 

Desde el zaguán

me subiste ese alboroto

de nido de gorriones

en la garganta

de asombro de chiquilla

al llamarme

al verlo…

 

Cada atardecer

de aquellos mágicos días

jóvenes y enamorados

salíamos a robarlo del cielo

a bañarnos

en su indeleble fulgor

 

A tu vuelta

oh cometa viejo amigo

por entre los párpados

de otros ojos

nacidos de nuestro amor

nos asomaremos

                       ©Rubén Lapuente

             Villoslada de Cameros (La Rioja)

             En el 2062 regresará su cola plateada

 

 

09/07/2017 20:56 rubenlapuente #. BREVES MOMENTOS ETERNOS( 23 ) No hay comentarios. Comentar.

EL RASILLO DE CAMEROS

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De lejos parece de juguete. De postal de mentira, de tan bello. Como tallado en el claro de una esmeralda: un oasis de encaje de hilos de piedra rosa, si achicas los ojos. Alguien debió despertarse en esa dulce ladera de trinos, y, al alba, apresurarse en colocar la primera piedra, raudo en talar los durmientes de su techumbre, veloz en apilar la sumisa leña al oír la rondalla fría del viento envolviéndole el corazón.

Quería vivir con el ruiseñor en la rama. Con el aire puro del miedo de una corza. Como un marinero subido a la cesta de la gavia del mástil mayor,  mirando la caricia de un océano de agujas verdes que le acolchara la dureza  de la vida.

Luego el tiempo, puso la guinda: el espejo del cuenco del agua del valle del río Iregua, para que le viésemos el velamen rizado de su torso de piedra, para que asomados en cada ventana, pudiéramos, dormidos, soñar bajo sus niñas aguas, sumergiéndonos en esa melancolía de la belleza, la que nos hace ser más serenos, tan íntimos como en la penumbra bajo un sol de mimbre …Y para hacernos  románticos, bajándonos en esa luna de noche sobre el embalse, a esa otra gemela sirena reflejada sobre el agua: navío redondo de plata que nos junta las sienes, que nos flecha de besos, que nos presta la luz de su alcoba … 

Hoy he subido, peldaño a peldaño sus calles de piedra, hasta el balcón de mi casa que abre la vida, y allí me tropecé también con la muerte, pero que, perezosa, miraba, hechizada, tras los cristales…

©Rubén Lapuente

El Rasillo de Cameros

LA CALLE LA VENTANA

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Vino el progreso

a mi calle

Vino con su burbuja

Con su curare

Con su luz

de baratija

Enjambres

de golondrinas

al fulgor del dorado

adobe de babel

vinieron

Anidaron hacinadas bajo estos

aleros de madera

Vino como una

sombra marcial

su zancada

Tomando las aceras

Desviándonos

las miradas

Deshaciéndonos

los rostros…

Vino y  

la vieja calle

deprisa

bajó del altillo la maleta

 

Yo tenía

una ventana frente

a mi balcón

Por ella se asomaba

la mitad de mi mismo

Yo tenía

el rumor del sueño

combado subiendo de una

niña muy adentro

Del portal

cuarenta y tres

ella bajaba

las escaleras

tentando la baranda

a trompicones

hacía su rayo

de luz

del sol de su infancia

cuando la calle

me decía

era un celaje

de guirnaldas

una larga almazuela

de tiza

¿Irme a otra calle?

Volvería siempre aquí

en la nostalgia

o en la tristeza

o en la espera

y tan sólo

con apagar la luz

cerrando los párpados…

Y yo  

no bajé del altillo la maleta

 

Oh pena

que no llegara a tiempo

de ver que en lo que dura

un milagro  barrieran

los coches

alfombraran la calle

plantaran bancos

de madera

y bajaran espigadas estrellas

negras…

Oh pena

que no la mojara una

lluvia de pétalos

blancos de magnolias…

Y era lo poco

que ponían

tan deslumbrante

para lo que teníamos

que parecía

como si todo

fuera de mentira

dibujado

como si todo saliera del polvo

de estrellas

de una varita mágica

Que frente a mi balcón

tenga

su ventana

ya es tener

el mejor rayar del día

Ahora en su mismo cuarto

más apretado que el suyo se asoma

una niña mulata

que siempre deja caer  la roseta

de su regadera o

una cinta amarilla

de su trenza a la calle:

su diaria coartada por

bajar por esas

escaleras

a trompicones

tentando la baranda

hacia este nuevo

sol de su infancia

Por los mismos peldaños

hacia aquel otro sol

tropezaba ella…

que no es nada

que a uno

le ate una ventana o un

rumor de comba

subiendo…

¿Pero no es esa

infancia de abajo la

de mi madre?

¿Y cómo abandonarla?

Si aquí duele

menos el pavor de esa

silueta de tiza

en el patio

cortada

por los alambres

Si aquí la veo

crecer eternamente

hasta que me nazca

                               ©Rubén Lapuente

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