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A VISTA DE PÁJARO

Arcas
De sangre caliente de corza en la nieve llena las arcas esta serranía.
Decibelios
Sería insoportable si nos oyéramos los corazones en el silencio.
Golondrinas
¡Pero quién da cuerda a este vertiginoso carrusel de tijeras negras girando atadas a las campanas lentas de la torre!
Mortal
Si no existiera la muerte nadie escribiría.
Niebla
Tamos de plata de melancolía tengo entre los dedos de tirar hoy del jersey de la niebla.
Pájaro
Ese pájaro
vuelve y vuelve,
aunque ya nadie
le deje un puñito
de trigo
No sabe que
ahora
viven otros
bajo las tejas
Tampoco él
es el mismo
Pero la sangre
aún le recuerda
un viejo brillo
de espigas
en mi mano…
Soledad
Hay lugares aquí en los que la soledad se perfila los labios.
Tejas
De subirme tanto al tejado a barrerlo de la tormenta de los pinos me voy aprendiendo las caras de la tejas.
Valiente
Ahora que sé que viviendo sólo arriesgo la vida, a nada temo.
Viento
Oh que acierto que aquí el viento sea invisible.
Vocación
Como un ave rapaz
vuela bajando
su redonda carne
de luna llena
de agosto
Acecha
a unos muchachos
que nadan
en la noche
Que no saben
de conjunciones
de planetas
Que han de dejar
de esconderse
mañana
Sobre sus espaldas
deja caer
su cendal de rocío
de azares de plata
que lentamente
les entra en las venas
como un silbido
oscuro
de una boca
enterrada
En el embarcadero
del embalse
la luna llena de agosto
reverbera
sobre la piel mojada
de unos jóvenes
que han dejado
de ser
inmortales
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
foto :El Rasillo
LA FALLERA

Mira
Ya toda la ciudad
se ha ceñido a la cintura
su reguero de pólvora
Mira qué ríos de olor
de chocolate con buñuelos
como dorados peces alados
bajan por todas las calles
Oh Mira Ya empieza todo a arder
Y ahí Ahí ¿La ves ahí?
Sí Ésa La fallera
¿La ves emocionarse?
Parece como si la hoguera fuera
en la plaza de su pecho
Como si se le quemara
el alma gemela de cartón
Y cómo sabe desaparecer
en la muchedumbre
Qué fácil para ella
Seguro que de niña
podía dormirse también
con el estruendo
de una traca del barrio
Plácidos sueños de triquitraque
entre llamas
la acariciarán siempre
¿Que si lo entiendo?
Esta madrugada de ceniza
le costará quitarse el espolín
de arco iris de oro y plata
Doblando muy despacio
el tisú del corazón desnudo
con su luz de brocado apagándose
la veo…
Pero mira
¿No son esas lágrimas
en llamas la mejor cremá?
Y uno que tiene que esconderse
o mirar antes de reojo
o rememorar removiendo
en las frías cenizas…
¡Oh maldito pudor
que te corta las lágrimas!
Pero mira ¡Mira!
Oh qué belleza
¿Las ves?
¿Las ves rodar a mares?
©Rubén Lapuente