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LOS "HIJOS" DE MARTA ARJONA

En mi mano un jabón sólido
de los que hace Marta
para lavarse la cabeza
a la manera
de como lo hacía
aquella lavandera de antaño
que restregaba
que sacudía la ropa en el río
sacándola el cansancio
llenándola
otra vez
de sol
y a la que
por un momento
las manos
le brillaban en la espuma
Marta se pone
el delantal
y parece
como si fuera a hacerte
unas magdalenas
pero lo que
en realidad amasa
es una harina
que hace con arcilla roja
empapada en aceites:
hoy de palmarrosa
con el de cedro del atlas
y el de lavanda
que así la nieve
del fondo de tu maraña de pelo
se derrite
poco a poco
que así
ya no van sintiendo
cada uno de tus cabellos
esa pequeña
punzada
de aguja de dolor
que te hace dispararte
a ciegas
con todas las uñas
Y todo le viene por leer
en el reverso
de los botes de cosmética
ese elenco de actores
de nombres tan macabros
que le hicieron sospechar
que de su vientre
nunca saldría
esa necesaria comunión
de las cosas diarias
con uno mismo
Y así
le nace este jabón virgen
que bajo la ducha
al restregarte con él
la cabeza
te parece
que es la misma Marta
aquella lavandera
que ahora
en vez de ropa cansada
se lleva tus cabellos
a lavarlos al río
y a la que por unos segundos
le brillan las manos
en la espuma
©Rubén Lapuente
APUNTES DE JUNIO

Belleza
Si te acercas demasiado a la belleza te descubrirá su fino encaje respirando tiempo. Y ya nunca te será la misma. La belleza es sólo distancia.
Líricos bares
A veces creo que sólo vivo en los bares de los versos.
Lorca
Bajo un olivo hay un corazón lírico que aún hoy espera esa voz hueca de una laya o de una pala al entrechocarse con unos huesos. Una esquirla de Federico para que no sea una leyenda que la tuerza el tiempo. Para que no sea una duda. Un desaparecido mañana. Un astrágalo dormido bajo su olivo. Para cerrar la herida. Para inclinar la frente hacia la tierra.
Melancolía
Si las hojas de los arboles no se cayeran en otoño, enfermaríamos de melancolía. Tendríamos que ir en esas noches doradas, a robarlas, como pájaros amarillos.
Nostalgia
No hay hospitales que curen la nostalgia del mar.
Rosa enferma
Impertérrito aguanté a esa abeja que se creía que mi oreja era una rosa enferma.
Señal
¿Sabes que hay pájaros que quieren que les sigas?
Tiempo
Soñé que la tierra se cansaba de dar vueltas. Y se paró, conmigo en la media mitad de luz. Y corrí a ese otro medio infinito de sombra de noche estrellada de la otra. Pero en ese medio miedo oscuro, angustiado, busqué al otro medio infinito de añorada claridad… Y ya no supe cuándo fue ayer cuándo será mañana. Iba y venía solo. ¡Yo que ahora era el tiempo en el siempre hoy!
©Rubén Lapuente