Facebook Twitter Google +1     Admin

Se muestran los artículos pertenecientes a Febrero de 2014.

UN DÍA EN LA VIDA

20140208133144-leire-el-angel-de-gran-via-golosinas-ruben-lapuente.jpg

Antes de que suene

el soniquete del despertador

ya te has levantado  

vivaz

falto de sueño

Al entrar

le das los buenos días

a la chica de la tienda

la que parece que con sus manos

te ha horneado

hasta el trigo de la luz  

del aire

de la oficina

en la trastienda

Y que tan profundo

respiras

 

Y ya te sumerges

en  la rentabilidad

de las obleas de miel

o en el de las tizas de regaliz  

Y piensas cambiar de sitio

los besos de azúcar

Y los corazones de princesa

ponerlos en la entrada

Y te llega mezclado

el olor del pan de bogavante

con el de sol de maíz

junto a ese de cristal

tan crujiente

que parece hecho

con harina

de espejo

deshilachado

 

Y vas recibiendo

a mercaderes

que te vuelcan su alforja

de mil y una gollerías

sobre tu mesa

Tantas

que al final de la mañana

parece

que vas a dar

un festín

en la oficina

 

De vez en cuando

mientras haces las cuentas

estallas en la boca

una macadamia

o un puñadito de arándanos

o de jengibre

y siempre con un par de avellanas

con las que haces

malabares

al salir del trabajo

 

Y ahora que subes por las escaleras

los noventa peldaños

llegas a casa

acompañado

de un nuevo

fiel amigo

que no calla

que parece como si ya  fuera  tuyo

y tiene el mismo ladrido

de lebrel en corazón

que el de aquel niño

que se apretaba la mano

en el pecho

para que no se le saliese

 

Y comes frugal

que no sea

el estómago quien  

de la tarde de un sueño de versos

te la llene

de tamo de paja

o de hojarasca

que la poesía

bebe mejor del  hambre

Y escribes esto

 

Y a media noche

echas la jábega  del sueño

sobre el lomo de plata

del mar del día

que te deja

cada vez

un poco más huérfano

al irse para siempre

Y ya de madrugada

te despiertas a deshora

y hasta que suene el soniquete

vas pasando revista

por tus habitaciones

en silencio

donde en una sabes

vive ese pequeño dolor

que espera

que lleva

escondido dentro de ti

más de mil años

                       ©Rubén Lapuente

Foto Leyre en el ángel de Gran Via

ISABEL Y JOSÉ

20140215133952-isabel-y-jose-logrono-tienda-frutas-y-verduras-ruben-lapuente.jpg

 

Fue cuando la habitaba el dolor

que Isa y José venían a casa un rato a verla

Creo que eran los jueves 

Él trabajaba la madera

La vestía  de bella piel desnuda

La hacía flor  

La nacía

Le veías en las manos

el hilo de su casa en Matute

que se la hizo él solo

con piedra y talados pinos

negros de su amada Soria

De muchacho

entró en una carpintería

Y de hombre ya maduro

ha tenido que salir 

malherido por ese falso corazón

de avaro ladrillo hueco

y sin ni una viruta de oro

de madera en el pelo

 

Venían a la tarde

Y sabiendo de su miedo

de su futuro temblando

de su paro que se agotaba

ni  les veías un rictus de incertidumbre

Sólo hacían que por entre

los labios de ella

asomara sonriente 

los dientes del cansancio

 

Ahora han cogido en arriendo

una tienda de su barrio

Y ayer

tirando del carro de la compra

nos presentamos allí

Y pusieron el grito en el cielo:

Que cómo veníamos

Que no estábamos  obligados

Que no era nuestra barriada

Que veníamos de muy lejos

Que no teníamos que hacerlo

 

Quizás ya no se acuerden

de cuando la habitaba el dolor

e iban a casa un rato a verla

Este perfume de huerta

no es el mío- nos dice José – al irnos

Nosotros sí que sabemos

que será todas la semanas

creo que los jueves

el nuestro

                    ©Rubén Lapuente

a Isabel y José

DESERTORES

20140222140756-desertores-cancer-de-mama-ruben-lapuente.jpg

 

Si digo que

eran imanes de seda

acierto

Hoy regresan

Me han hecho una señal

casi invisible

secreta…

Guardianes

de una madriguera

a cal y canto sellada…

Hoy desertan

Habrán dejado ya

una correa

desatada en el páramo:

Ése de balas de paja rodando

Y en donde silba el viento

de la herida memoria…

Hoy regresan

Si digo que fueron

ascuas de estrella

en el rocío de un trébol

sobre mi pecho

acierto

Son los que

se suben al templete

de la plazuela

con revuelos de falda

bajo lunas de romería

Los que te acorralan  

y te maniatan

y te arrojan

a un barranco

de caderas

sobre la colcha aún dormida …

Subirán ahora

 por desmontes

salvando viejos caminos de espinos

hacia sus altas cuencas

ciegas

a encenderlas

con teas de jade

traídas de las arenas de un rio

de aguas lavadas

de su  memoria…

 

Hoy regresan…

Desertores

Y esos ya nunca

vuelven  la cabeza!

                           ©Rubén Lapuente

ANDREA

20140228190811-andrea-el-angel-de-logrono-ruben-lapuente.jpg

 

Es  Andrea

una de las chicas de el ángel

Hasta hace bien poco aparcaba su bicicleta

en la trastienda

que como la había carenado

del color de la novia

del viento

atada a una farola o a un árbol

de la calle

cualquier brisa loca de nada

se la habría robado

 

Y antes de ponerse

el uniforme amarillo

reparte sin más

los abrazos que quieras

Y te cuenta lo que quizás tú te guardes

por creerlo íntimo:

Que si su chico le dobló sólo para ella

las campanas de la iglesia de Igea

Que la suerte le ha regalado

un huerto urbano

Y que si ha plantado tantas escarolas

es porque de lejos le alegra ver

esa fila de soldaditos

de color verde con el del oro  

Que no pega ojo

por un perro del barrio

que no hay manera de acercarle

de tan tundido

ni un mendrugo de pan

Y mientras te lo cuenta

te crees que desayuna  

cucharaditas de cielo

por lo transparente

por lo de no correr nunca los visillos

  

Había ya aparcado

nueve meses la bicicleta

Que tenía un secreto en el vientre

Un atracón de vida

Y  la felicidad la medía en centímetros

Que sacaba cada día delante de nosotros

el metro amarillo de modista

para cerciorarse del todo

de que ese milagro

crecía y crecía

 

El martes

sobre la mesa de la oficina

me dejaron un parte médico de baja

Y  al leerlo fue

como si me asomara

a un oscuro pozo  

por donde se perdía

para siempre

ese saquito de viento helado …

 

Me dolerá buscarle los ojos cuando vuelva

Oh Andrea que no estás sola

Que también lo hemos perdido nosotros

                     ©Rubén Lapuente

28/02/2014 19:08 rubenlapuente #. DOLOR ( 21 ) Hay 2 comentarios.

Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.

Contrato Coloriuris