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UNA PALABRA

Una palabra
entre los dos
De mí para ti
A solas
Esa palabra
que atraviesa
la piel como un milagro
Que
al perderse
se esconde
en todos los rincones
de uno
Pero ¿cuál?
¿Vida?
No Esa no
Mejor otra
Que vida lleva
a su espalda un Judas
Un sicario
Un circo de lágrimas
No
Y tan dulce como “cariño”
Tampoco
Que pronto se repite
como muletilla
Oyéndola todos
Que empalaga
No no
“Cielo” es demasiado bella
Etérea
No se clava como un rejón
Tan remilgada acuarela
tampoco
“Corazón”
a ratos valdría
Pero es demasiado directa
Puede sonar a falsa
A retahíla
Para una llamada
dulce es única
Para abrir la piel como un libro
de versos a la noche
es arrolladora
Pero no no
No es esa
“Amor” sí
Pero es incompleta
Por lo rotunda
Puede que no diga la verdad
Abarca preludios
Muy suave suena a deseo
Pero al final muletilla también
Y no no No es esa
Una palabra entre los dos
A solas
De mí para ti
Que curve la mirada
Que evoque toda la memoria
Mejor que cariño
que cielo
que amor que vida
que corazón
Una palabra
como una dulce
tormenta
secreta
mojándonos
Desnuda y vestida a la vez
Sin cuentos
Una palabra una palabra…
¿Esposa?
Oh sí
¡Sí!
¡¡Esposa!!
©Rubén Lapuente
TERCIOPELO

No se de que oculto rincón
mío sale el perfume
de esta vieja melodía
a la que ni los zarpazos del tiempo
le ha rayado la voz
Y cuando le viene bien
sin avisarme
toma dulcemente mi garganta
No sabes cuantos días
me viene el murmullo
de esa canción
bajando las escaleras
y más ahora
desde que se murió Joan
Siente, siente…
…Olvida el mundo conmigo…
o mirando a esas muchachas
bajo los soportales
cruzándose conmigo
temprano
camino del trabajo
me musita dentro
Fuego, fuego
para perder estribos
y acurrucarse luego
o la tarareo alguna vez
a media mañana
en el lento sorbo de la tregua
que me da el café
Tuyo, tuyo
Y ciego entre tus dientes
por donde me destruyo
Y siempre la oigo tardío
como si no coincidiera
mi susurro con el de esa
eterna joven intrusa
que parece amarrada
al palo mayor de mis huesos
Como un huésped la tengo
Y la verdad es que hermosea mi casa
A la noche me deja en paz
se me calla porque sabe que
quiero hallar bajo mi peso
terciopelo ardiente
Y es entonces cuando
se hace mía
©Rubén Lapuente
foto: Joan Bautista Humet
PARADA Y FONDA

La que te mira
desde donde siempre
dispuesta
en cualquier lecho
alegre
La que
alguna vez
algún golpe
del decoro
o alguna voz
o algún silencio
de la envidia
le entra
por las paredes
Y ni se tapa la boca
ni rasguña tu hombro
ni muerde la almohada…
La que no se azora
La que sabe
que si grita
si gime
sin pudor
regala una montaña
de hombría
La que por el blanco cielo
de los ojos
le ves dos lunas
húmedas
ebrias
perdiéndose
imborrables
por entre
los juncos
entre bambalinas
La del badajo
del corazón
que te golpea
en el miedo
de lo que sabes:
nunca será
para siempre
La que le pasa
tan dulce
la mano del sueño
de la noche…
Ésa
La de parada y fonda!
©Rubén Lapuente
EL ÁNGEL DEL DOLOR

Mi madre me subía el cuello del abrigo para que empezara a nevar (C.Vallejo)
Camino de la calle Santo Tomás
entre hermosos cipreses
Cómo no pararme a contemplar
la desolación de este ángel
si la muerte siempre le va a doler
Me acercaría a pasarle la mano
sobre sus cabellos
sobre sus rizos de piedra
Pero ¿Tú me entenderías
si me vieras hacerlo?
¿Mañana no sería yo en tu mirada
o en tus labios aire o murmullo
de poeta enajenado?
Camino de la calle Santo Tomás
siento sus goterones
como los que yo me apartaba
con las palmas de las manos
cuando un silbido del vértigo
me despertó en el sueño
como un aterrorizado pez
Como este dolor infinito
de piedra alada
Sé que el mío tampoco se acabará
o es que el pavor del regazo
de unos huesos rotos
alguna vez dio lirios
Camino de la calle Santo Tomás
si te cuento esto
es para que no estalle en mi cabeza
Que aquí me siento
como ese ángel anclado a su dolor
al que quisiera pasarle la mano
sobre sus rizos de piedra
porque como a él
la muerte me va a doler a mí
siempre siempre siempre…
©Rubén Lapuente
Foto: cementerio municipal de Logroño