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Se muestran los artículos pertenecientes a Enero de 2013.

UNA PALABRA

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Una palabra

entre los dos

De mí para ti

A solas

Esa palabra

que atraviesa

la piel como un milagro

Que

al perderse

se esconde

en todos los rincones

de uno

Pero ¿cuál?

¿Vida?

No  Esa no

Mejor otra

Que vida lleva

 a su espalda un Judas

Un sicario

Un circo de lágrimas

No

Y tan dulce como “cariño”

 Tampoco

Que pronto se repite

como  muletilla

Oyéndola todos

Que empalaga

No  no

“Cielo” es demasiado bella

Etérea

No se clava como un rejón

Tan remilgada acuarela

tampoco

“Corazón”

a ratos valdría

Pero es demasiado directa

Puede sonar a falsa

A retahíla

Para una llamada

dulce es única

Para abrir la piel como un libro

de versos a la noche 

es arrolladora

Pero no  no

No es esa

“Amor” sí

Pero es incompleta

Por lo rotunda

Puede que no diga la verdad

Abarca preludios

Muy suave suena a deseo

Pero al final muletilla  también

Y no  no  No es esa

Una palabra entre los dos

A solas

De mí para ti

Que curve la mirada

Que evoque toda la memoria

Mejor que cariño

que cielo  

que amor  que vida

que corazón

Una palabra

como una dulce

tormenta

secreta

mojándonos

Desnuda y vestida a la vez

Sin cuentos

Una palabra  una palabra…

¿Esposa?

Oh sí

¡Sí!

¡¡Esposa!!

                ©Rubén Lapuente

TERCIOPELO

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No se de que oculto rincón

mío sale el perfume

de esta vieja melodía

a la que ni los zarpazos del tiempo

le ha rayado la voz

Y cuando le viene bien

sin avisarme

toma dulcemente mi garganta

No sabes cuantos días

me viene el murmullo

de esa canción

bajando las escaleras

y más ahora

desde que se murió Joan

Siente, siente…

…Olvida el mundo conmigo…

o mirando a esas muchachas

bajo los soportales

cruzándose conmigo

temprano

camino del trabajo

me musita dentro

Fuego,  fuego

para perder estribos

y acurrucarse luego

o la tarareo alguna vez

a media mañana

en el lento sorbo de la tregua

que me da el café

Tuyo, tuyo

Y ciego entre tus dientes

por donde me destruyo

Y siempre la oigo tardío

como si no coincidiera

mi susurro con el de esa

eterna joven intrusa

que parece amarrada

al palo mayor de mis huesos      

Como un huésped la tengo

Y la verdad es que hermosea mi casa

A la noche me deja en paz

se me calla porque sabe que

quiero hallar bajo mi peso

terciopelo ardiente

Y es entonces  cuando

 se hace mía

©Rubén Lapuente

terciopelo

foto: Joan Bautista Humet

 

PARADA Y FONDA

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La que te mira

desde donde siempre

dispuesta

en cualquier lecho

alegre

La que

alguna vez

algún golpe

del decoro

o alguna voz

o algún silencio

de la envidia

le entra

por las paredes

Y ni se tapa la boca

ni rasguña tu hombro

ni muerde la almohada…

La que no se azora

 

La que sabe

que si grita

si gime

sin pudor

regala una montaña

de hombría

La que por el blanco cielo

de los ojos

le ves dos lunas

húmedas

ebrias

perdiéndose

imborrables

por entre

los juncos

entre bambalinas

 

La del badajo

del corazón

que te golpea

en el miedo

de lo que sabes:

nunca será

para siempre

 

La que le pasa

tan dulce

la mano del sueño

de la noche…

Ésa  

La de parada y fonda!

             ©Rubén Lapuente

EL ÁNGEL DEL DOLOR

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Mi madre me subía el cuello del abrigo para que empezara a nevar (C.Vallejo)

 

Camino de la calle Santo Tomás

entre hermosos cipreses

Cómo no pararme a contemplar

la desolación de este ángel

si  la muerte siempre le va a doler

Me acercaría a pasarle la mano

sobre sus cabellos

sobre sus rizos de piedra

Pero  ¿Tú me entenderías

si me vieras hacerlo?

¿Mañana no sería yo en tu mirada

o en tus labios aire o murmullo

de poeta enajenado?

Camino de la calle Santo Tomás

siento  sus goterones

como los que yo me apartaba

con las palmas de las manos

cuando un silbido del vértigo

me despertó en el sueño

como un aterrorizado pez

 

Como este dolor infinito

de piedra alada

Sé que el mío tampoco se acabará

o es que el pavor del regazo

de unos huesos rotos

alguna vez dio lirios

 

Camino de la calle Santo Tomás

si te cuento esto

es para que no estalle en mi cabeza

Que aquí me siento

como ese ángel anclado a su dolor

al que quisiera pasarle la mano

sobre sus rizos de piedra

porque como a él

la muerte me va a doler a mí

siempre  siempre  siempre…

©Rubén Lapuente

Foto: cementerio municipal de Logroño

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