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EL ASTROLABIO

Ahora era aquel muchacho
el del astrolabio tatuado en la muñeca
que espigaba estrellas de la mies
rubia del firmamento
Del ajimez partía su nave del sueño
a mil años luz de esa eterna quijada
de achares siempre tundiendo cervices
Al amanecer se vestía con los arreos
traídos de su periplo armilar :
La nieve rosa de rubor
sobre los pómulos celestes
Un ramo puro de temblor de lucero
El secreto de la vida en un descuido
del olvido del sueño…
Iba como de puntillas por la vida
pero nadie notaba que no era de aquí
que venía de las afueras del tiempo
que daba siempre la hora equivocada
©Rubén Lapuente
GEORGINA

“Yo misma lo desconozco
No sabría decirte detrás
de que recoveco se agazapa
cuando se ausenta
Parece el perfume
de esa flor del interior
más hondo de una
Sólo necesita que mis diez dedos
como buzos
se sumerjan en el barro
para que se alborote
salga raudo de la nada
y doble la primera esquina
rumbo al alfar
derramando por mis dedos
su magín de fábulas
que le debe de contar
la fuente de su otro
sueño oculto
Es como un niño al encuentro
de sus juguetes
A veces creo que
sólo él es quien modela la arcilla
al pararme yo
un momento
a mirar en mis dedos
su soplo mágico
Me sorprende el ver
en los rasgos de las caras de barro
que me trae
como familiares
retazos de otras vidas
pero que nunca alcanzo
a recordarlas
Oh será simplemente el milagro de crear
Ahora que modulo
las llamas en el horno
sé que él se queda
en el candente corazón de la arcilla
porque me sale este niño
de tierra mirándome
y me cuesta reconocerle del todo
como sólo mío”
©Rubén Lapuente
Foto escultura de Georgina Monné
BELLA CIAO

del diario de un partisano
Te invadieron la sangre
Te encerraron la vida
dentro de la cruz
de una mirilla
Y huiste hacia
donde respirar
hacia bajo las estrellas
Hoy te ha venido ella
ladera arriba
con la faltriquera
llena de metralla
La miras
y sabes que la vida
está dentro del pozo
de esos ojos
En el vaivén
de esa falda
colgada de la rama
Pero no has nacido para dormir
con bandos
del enemigo
para ver
cómo violan tu cuna
Adiós amor ¡Adiós!
¿A qué más me sabrán
tus besos en la libertad?
Al mediodía
En una escaramuza
en el puente
el convoy saltó por los aires
Nunca la muerte
frente a tus ojos
tuvo en su regazo
tan bello ramillete
de gamadas flores
Huías silbando el “bella ciao”
subido en la bicicleta
Y te la vieron apoyada
contra una pared
de la casa de piedra rosa
Ella te cobijó
en un agujero del desván
Pero golpearon
a su puerta
La dijeron que mentía
Que apestaba a partisano
A sus besos
bajo las estrellas
En la oscuridad
oíste un sonido
como el de al caer
un fardo al suelo
Y te apretaste
con la mano
la boca
tan fuerte
que el aullido te salía
como el del corazón
de un violín
roto
como si parieras
un dolor
infinito
en silencio
en silencio
Adiós amor adiós
¿A qué más me sabrán
tus besos en la libertad?
©Rubén Lapuente