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SUAVES DÍAS DE MAYO

Suaves días de mayo
como de caricia
de amura
peinando
el agua
Ella sale al jardín
a tender
bajo el arco iris
de sus ojos
su cuerpo
de trapo
Suaves días de mayo
trayéndole
agua
de la fuente
de caños
de rápidos
de río
que se bebe
casi a mordiscos
“Que sólo siguen
la corriente
los peces
muertos”
me dice
Suaves días de mayo
viendo
la primavera
de sus uñas
que amarillearon
un día
y el viento
se creyó
que eran
hojas de otoño
o cómo
las llagas
en la boca
le parecen ahora
flores
de don diegos de día
o de don diegos de noche
que se cierran
al rozarlas
con la lengua
Y me dice
que oye crecer
cada uno
de sus cabellos
que las hayas
deben sentir
ahora
en mayo
lo mismo
Y que le sabe a fresa
la fresa
Que cómo cabe
tanta dulzura
en una gota de miel
Que ya no le viene
ese sollozo
mudo
sin pestañear
como si llorase
una piedra
o el olvido
Suaves días de mayo
paseando
en los que su brazo
rodea mi espalda
hasta
colgarse
de mi hombro
como si fuera
mi brazo
como si yo ella
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
CABAÑA DE PLATA

De la cabaña
sobre el ciruelo
ya se fueron los niños
Un rincón para no crecer
“¿Subo?”
El pedaleo
de sus piernas
tiene aún
viveza de chiquilla
y su gesto
al volverse
entrando
“¿Subes?”
traviesa frescura
de mujer
Para tropezarse
siempre
esta covacha
nido del sueño
de este leñador de tristezas
con ella ya saliendo
de su tina
de quimio y rosas…
¿y por qué ya no
limpia de muerte?
“¡Oh sube ya!”
Para que vea
en mis ojos
su estrella
llamo a la celestina luna
doble del embalse
y al encendernos
la luz de la mesilla
la cabaña
sobre el ciruelo
parece
la alcoba de plata
de la luna
Para no crecer
bajábamos
las escaleras
de dos en dos
como chiquillos
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
Foto: mi cabaña sobre el viejo ciruelo
AVIÓN DE PAPEL

Es la belleza niña
hablándome
esperando
a que doble
y desdoble
pliegue en acordeón
levante
espigados
alerones
ponga
de horma del viento
arambeles
de cola
a una hoja de papel
Es la belleza
de verle
de puntillas
salvando enrejados
con la barbilla anclada
al barandal
con los dedos tirando de sí
Es su grito alocado
en la zozobra
del fallido vuelo
cayendo
como una serpentina
o como un orgullo
en su desmayo
Es la belleza
servida
en su puro rostro de asombro
aplaudiendo
como si tocara
unos platillos
a ese nuevo avión de papel
que volaba
sereno
a media ala
y que de pronto
cuando iba ya del codo
de la suave brisa
una cabriola
caprichosa
del viento
nos lo trajo
de vuelta
ya como carne de luz
que guardo
como un tesoro
©Rubén Lapuente
(El Rasillo de Cameros)
LA PELUCA DE CARMEN

“No te irás al cesto del olvido, no.
Cómo hacerlo si me has dado
la estima en lo más duro
de estos días de otra vida.
“Ésa .Cógete ésa.
Que pareces una francesita”
De color rubio y chocolate
entreverado, calcaba mi pelo.
¡Y me ha ayudado tanto!
A asomarme por la ventana
de mi burbuja
sin que me adivinaran
sin que me miraran
desde donde miraba yo
A ser cómplice de mi silencioso
naufragio hasta en la cola del pan.
Cuando me crezca más el pelo
tendré que dejármelo así
con ese corte tan chic:
Tu francesita Rubén
Pero mañana volveré a ser
yo misma del todo
Saldré sin remedo, sin vergüenza.
Con esta suave nieve plateada
de mayo sobre mi cabeza.
A volver a rozar, al pasar,
las arrugadas mejillas
de esas lejanas miradas
del Centro de día
que la otro tarde, de visita ,
pocas de ellas me reconocieron.
Que me vean con la señal
de esta palabra que ya no da
tanto miedo: cáncer
Y que la vida sea sólo
y siempre ahora hoy sábado
como la de este henchido sol
que te acaricia si te ofreces.
Que no recuerda ni amaneceres
ni crepúsculos.”
©Rubén Lapuente