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LA HIGUERA

“Algo me sentía nacer
volando ya sobre mi cuna
Crecía a mi orilla
y desde el fondo de la casa
se la oía respirar
Poco a poco
se me iba haciendo entrañable
Cosida a mí
Savia de mi sangre
En verano se dejaba robar su sombra
En la noche de San Juan
encendía su hoguera
de invisibles flores de deseos
o eran luciérnagas?
Y podía subirme a su espalda
como a esa larga y ancha
de mi hermano
Y nunca faltaba a la cita con mi boca
El destino luego te lleva lejos
pero en cualquier mercado
reaparecía su relámpago de almíbar
Y cómo lo devoraba
hasta quedarme aturdida de dulzura
hasta que se colgaban esmeraldas otra vez
de las ramas de mi cuerpo
Y en esos duros días de otra vida
sobre la yerma mesilla de un hospital
alguien me dejó unos higos pródigos
“Que ha venido a verte” me dijeron
Y ahora que regreso limpia de dolor
al abrir mi lejana casa cerrada
Allí está en pie lo único
que no ha destrozado el tiempo
que respira conmigo
oh higuera conmigo”
©Rubén Lapuente
(Vitigudino)
a Carmen
Y GALGO CORREDOR

Por tener un perfil egipcio
no regalan por aquí pedigrí
Ni por haber velado los sueños
muertos de algún faraón
Aquel barquero tuyo del más allá
¿Anubis se llamaba?
estaría ahora desanudando una soga
embalsamando tu cuerpo
mojado en sus lágrimas
Y nadie sabe aún
que al levantar la cabeza
se cruzan por tus ojos
todas las lunas de tu estirpe
Ni de tu silencioso ladrido
que suena a madrigal
Que eres todo ligereza
Que eres un mar en calma
en cualquier casa
Nadie sabe
que tu esbeltez
le haría a tu dueño más bello
A mí me pareces
el lebrel de un dios lírico
¿Pero alguna vez hubo
hombres de verdad?
Tu torpeza
es correr demasiado
y así te tienen ansioso
en zulos de un sólo hilo
de sol polvoriento
atado al radio de vida de una traílla
dándote ese manjar
de mendrugos de pan duro
creyendo que la gazuza te montará
luego en relámpagos
Que tienes que salir al sembrado
estrenando luz nueva
en los colmillos
Tu torpeza es adivinar
el quiebro de la liebre
por un atajo
y ahí aparece en un gesto torcido
el reverso del hombre
al que una herramienta mellada
no le sirve
Y entonces
ya ni una bala vales
©Rubén Lapuente
VALERIO O LA LUZ DEL PALADAR

Este pequeñuelo
mitad siciliano mitad salmantino
tuvo que nacer
antes de ver la luz
Un tiempo
ahí en la oscura escuela
del vientre de Lola
pegado
como una lapa
a su cielo
libando
de su calle
voces…
Y es que
ahora
cada letra del alfabeto
en su boca
es una gota de lluvia
Juega con las palabras
como piezas de un puzzle
Como si
fugaces estrellas
del abecedario
cayeran
de su paladar
Y va
de abismo a barranco
de sima a precipicio
de trampa a celada
Del fuego quiere
su caligrafía:
su llama su brasa su rescoldo
su ceniza…
Su verbo culto
y elegante y gracioso
le guarda intacta
la inocencia
y me golpea
como si me tropezara
con un tesoro
en mi casa
Sólo hemos tenido una tarde
en sus dos años y medio
Y que ya se me vaya
esta carne de esponja
a la orilla
de una charca de tencas
de letras
Oh
En la lejanía le miro
como a esa casa con muchas ventanas
que poco a poco
al anochecer
se van encendiendo
como un crucigrama
Valerio
como un crucigrama
©Rubén Lapuente
a mi sobrino Valerio
EL PEZ QUE SUBÍA LOS RÍOS

Mira ese reflejo
contracorriente
Esa luz de lomos plateados
Parece que boga
una esquirla de luna
en el río
Mira su timonel
el que tira de su corazón
es un héroe
loco romántico
enamorado
Escuchó
en la noche profunda del mar
el temblor
de esa oculta sirena
a rebato
del universo
Y ahí lo tienes
con su hatillo desnudo
al hombro
Míralo
eligió un camino
incierto
resbaladizo
peligroso
mortal
Oh tan lírico
Vuelve a su moisés
a su niño antiguo
a su agua pura
muy arriba
en lo más alto del río
A tenderse
con su hembra
en un fresco
lecho de freza
A florecer en la muerte
echando a rodar
río abajo
la rueda eterna de la vida
Pero…
¡Ay!
En cada quiebro
aguas arriba
le acecha una celada
Un zarpazo
Un azud se levanta
en cada trecho del río…
Oh salmón salvaje
no llegará a tiempo
la naturaleza
a enseñarte a saltar
a la garrocha
con una rama rota a la deriva
Ni a tejerte deprisa
unas alas de plata…
Que ese hombre
que manda
y ordena
y sobra en la naturaleza
ya se ha adelantado
a llenarte
de angustia
de muerte a destiempo…
Oh esa llamada en mitad del océano
Ese volver a la sombra niña
de la cumbre de la montaña
del agua sin memoria
a tu cuna…
Merecería ser sagrado
dejarte cumplir tu sueño
cerrar tu vida
Pescarte sin muerte
Es como si a ti
no te dejaran volver una tarde
a echarte en el mismo
vientre claro y profundo
en donde naciste…
No
No nos respetará mañana
la Naturaleza
Seguro
©Rubén Lapuente
la especie está al borde de la extinción debido a su muerte en aras de alimentar el entretenimiento de los “deportistas” y a la degradación del hábitat fluvial por obras, contaminación y el aumento de los obstáculos a la subida de los peces a las zonas de desove. La pesca sin muerte sería una solución. El salmón vuelve al mismo rio que le vio nacer pero hay que dejarle llegar arriba.
JÓVENES SUEÑOS ROTOS

Me extrañó ver a Miguel estos días sin su novia y me acerqué…
Tanto esfuerzo
Tanto tiempo entre libros
para que al subirte al final
a tu nuevo tren reluciente
se rompa su raíl
Y cómo me duele ese inmenso
joven cansancio suyo
Sé que su vida
comenzaría mañana
si sonara temprano un despertador
junto al mío
Que libre te quieres
Y eso sólo lo compra el trabajo
El llegar yo y verla tan hundida
El que me dijera sentirse una rémora
un lastre para mi
El que no le acariciara esta ciudad
“moraduras tengo en los nudillos”
nos iba alejando
Hasta que se me ha ido
a respirar ese aroma
de estela de niña
El del nidal de su pueblo que siempre
es un bálsamo que sana
a ella seguro
Y nos hemos dado un tiempo
Bueno ella tiene que recuperarse primero
Aún está hundida
Yo sólo le mando mensajes de ánimo
Que no se rinda Que no está sola
Que la tristeza también puede dar rosas
Y yo tengo mucho aguante
©Rubén Lapuente