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Se muestran los artículos pertenecientes a Diciembre de 2012.

LA HIGUERA

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“Algo me sentía nacer

volando ya sobre mi cuna

Crecía a mi orilla

y desde el  fondo de la casa

se la oía respirar

Poco a poco

se me iba haciendo entrañable

Cosida a mí

Savia de mi sangre

En verano se dejaba robar su sombra

En la noche de San Juan  

encendía su hoguera

de  invisibles flores de deseos

o eran luciérnagas?

Y podía subirme a su espalda

como a esa larga y ancha

de mi hermano

Y nunca faltaba a la cita con mi boca

El destino luego te lleva lejos

pero en cualquier mercado

reaparecía su relámpago de almíbar

Y  cómo lo devoraba

hasta quedarme aturdida de dulzura

hasta que se colgaban esmeraldas otra vez

de las ramas de mi cuerpo

Y en esos duros días de otra vida

sobre la yerma mesilla de un hospital

alguien me dejó unos higos pródigos

“Que ha venido a verte” me dijeron

Y ahora que regreso limpia de dolor

al abrir mi lejana casa cerrada

Allí está en pie lo único

que no ha destrozado el tiempo

que respira conmigo

oh higuera conmigo”

           ©Rubén Lapuente

               (Vitigudino)

a Carmen

Y GALGO CORREDOR

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Por tener un perfil egipcio

no regalan por aquí pedigrí  

Ni por haber velado los sueños

muertos de algún faraón

Aquel barquero tuyo del más allá

¿Anubis  se llamaba?

estaría ahora desanudando una soga

embalsamando  tu cuerpo

mojado en sus lágrimas

 Y nadie sabe aún

 que al levantar la cabeza

 se cruzan por tus ojos

todas las lunas de tu estirpe

Ni de tu silencioso ladrido

que suena a madrigal

Que eres todo ligereza

Que eres un mar en calma

en cualquier casa

Nadie sabe

que tu esbeltez

le haría a tu dueño más bello

A mí me pareces

el lebrel de un dios lírico

¿Pero alguna vez hubo

hombres de verdad?

 

Tu torpeza

es correr demasiado

 y así te tienen ansioso

en zulos de un sólo hilo

de sol polvoriento

atado al radio de vida de una traílla

dándote ese manjar

de mendrugos de pan duro

creyendo que la gazuza te montará

 luego en relámpagos

Que tienes que salir al sembrado

estrenando luz nueva

en los colmillos

Tu torpeza es adivinar

el quiebro de la liebre

por un atajo

y ahí aparece  en un gesto torcido

el reverso del hombre

al que una herramienta mellada

no le sirve

Y entonces

ya ni una bala vales

                         ©Rubén Lapuente

SOSGALGOS

VALERIO O LA LUZ DEL PALADAR

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Este pequeñuelo

mitad siciliano  mitad salmantino

tuvo que nacer

antes de ver la luz

Un tiempo

ahí  en la oscura escuela

del  vientre de Lola

pegado

como una lapa

a su cielo

libando

de su calle

voces…

 

Y es que

ahora

cada letra del alfabeto

en su boca

es una gota de lluvia

Juega con las palabras

como piezas de un puzzle

Como si

fugaces estrellas

del abecedario

cayeran

de su paladar

Y va

de abismo a barranco

de sima a precipicio

de trampa a celada

Del fuego quiere

su caligrafía:

su llama su brasa  su rescoldo

su ceniza…

Su verbo culto

y elegante y gracioso

le guarda intacta

la inocencia

y me golpea

como si  me tropezara

con un tesoro

en mi casa

 

Sólo hemos tenido una tarde

en sus dos años y medio

Y que ya se me vaya

esta carne de esponja

a la orilla

de una charca de tencas

de letras

Oh

En la lejanía le miro

como a esa casa con muchas ventanas

que poco a poco

al anochecer

se van encendiendo

como un crucigrama

Valerio

como un crucigrama

                   ©Rubén Lapuente

a mi sobrino Valerio

EL PEZ QUE SUBÍA LOS RÍOS

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Mira ese reflejo

contracorriente

Esa luz de lomos plateados

Parece que boga

una esquirla de luna

en el río

Mira su timonel

el que tira de su corazón

es un héroe

loco romántico

enamorado

 

Escuchó

en la noche profunda del mar

el temblor

de esa oculta sirena

a rebato

del universo

Y ahí lo tienes

con su hatillo desnudo

al hombro

Míralo

eligió un camino

incierto

resbaladizo

peligroso

mortal

Oh tan lírico

 

Vuelve a su moisés

a su niño antiguo

a su agua pura

muy arriba

en lo más alto del río

A tenderse

con su hembra

en un fresco

lecho de freza 

A florecer en la muerte

echando a rodar

río abajo

la rueda eterna de la vida

Pero…

¡Ay!

En cada quiebro

aguas arriba

le acecha una celada

Un zarpazo

Un azud se levanta

en cada trecho del río…

 

Oh salmón salvaje

no llegará a tiempo

la naturaleza

a enseñarte a saltar

a la garrocha

con una rama rota a la deriva

Ni a tejerte deprisa

unas alas de plata…

Que ese hombre

que manda

y ordena

y sobra en la naturaleza

ya se ha adelantado

a llenarte

de angustia

de muerte a destiempo…

 

Oh esa llamada en mitad del océano

Ese volver a la sombra niña

de la cumbre de la montaña

del agua sin memoria

a tu cuna…

Merecería ser sagrado

dejarte cumplir tu sueño

cerrar tu vida

Pescarte sin muerte

Es como si a ti

no te dejaran volver una tarde

a echarte en el mismo

vientre claro y profundo

en donde naciste…

 

No

No nos respetará mañana

la Naturaleza

Seguro

 

              ©Rubén Lapuente

 Cañu.Rio Sella.Asturias

la especie está  al borde de la extinción debido  a su muerte en aras de alimentar el entretenimiento de los “deportistas” y a la degradación del hábitat fluvial por obras, contaminación y el aumento de los obstáculos a la subida de los peces a las zonas de desove. La pesca sin muerte sería una solución. El salmón vuelve al mismo rio que le vio nacer pero hay que dejarle llegar arriba.


JÓVENES SUEÑOS ROTOS

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Me extrañó ver a Miguel  estos días sin su novia y me acerqué…

 

Tanto esfuerzo

Tanto tiempo entre libros

para que al subirte al final

a tu nuevo tren reluciente

se rompa su raíl

Y cómo me duele ese inmenso

joven cansancio suyo

Sé que su vida

comenzaría mañana

si sonara temprano un despertador

junto al mío

Que libre te quieres

Y eso sólo lo compra el trabajo

El llegar yo y verla tan hundida

El que me dijera sentirse una rémora

un lastre para mi

El que no le acariciara esta ciudad

 “moraduras tengo en los nudillos”

nos iba alejando

Hasta que se me ha ido

a respirar ese aroma

de estela de niña

El del nidal de su pueblo que siempre

es un bálsamo que sana

a ella seguro

Y nos hemos dado un tiempo

Bueno ella tiene que recuperarse primero

Aún está hundida

Yo sólo le mando mensajes de ánimo

 Que no se rinda  Que no está sola

Que la tristeza también puede dar rosas

Y yo tengo mucho aguante

                        ©Rubén Lapuente

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