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Se muestran los artículos pertenecientes a Noviembre de 2011.

DÍAS DE OTRA VIDA

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Hoy empieza ella

sus días de otra vida

En el calendario

emborronado de notas

de citas

de cruces

ha abierto antes

un paréntesis  

Tan zarandeada parece tan fuerte

¿Pero quién no tendría miedo?

Tengo un nudo enorme

en el estomago

me dice

al rondarle

la hora

 

Por el bulevar

del hospital de día

entramos en el box

del desasosiego

Para distraer

a la angustia

que no conoce lo nuevo

ella habla

y habla

frente a mis ojos

siempre

así ofrecidos

así

sin párpados

 

Sobre su cabeza

una nube

color carmesí

Otras transparentes

Y al primer tintineo

de lluvia

de mixtura

en las sondas

ella

fuerte

sopla

una sola vez …

 

(Oh mujer

Ya te bañan en lo que tú

sonriendo

llamas veneno redentor

En aguas

de dulce cristal mellado

lo llamo yo

que te veo

como a una niña

a quien

le arrancaran

su única muñeca

su inocencia

y le dieran de golpe todo el peso

de tu vida

 Le digo que sólo

es un rasguño en el mar

pero ya no me oye

se duerme…)

 

Al salir a la calle  ebria

de mi brazo

El otoño ni nos mira

                   ©Rubén Lapuente

APUNTES DE OTOÑO

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Acebo

Miraba el amanecer en las hojas del acebo.

Amante

Cuando él le dijo que parecía que siempre estaba con otro, ella dejó de fumar.

 Amor furtivo

Oyeron una arcana llamada de otoño. Dejaron la piel falsa en el coche. Ya como dos venados al vaqueo de cazadores, a la andanada de furtivos. Enamorados pandearon los cuellos para el cortejo mutuo. Pisaron los brezos con sus propias manos. De la cordillera del dorso de ella bajaba un reguero de baba. Un disparo segó la llama, les reconoció desnudos. Y corrieron hacia el coche perseguidos por una jauría de perros que les miraban como venados.   

 Descanso

 Cada noche, al despertarle la próstata, el teatro del sueño también le daba una tregua,bajando el telón del entreacto.

 Dulce

Demoraba tanto la dulzura en la cama que embotaba sábanas en almíbar.

 El hombre que acariciaba a los ciervos                    

Me encontré en el bosque a un hombre llenando sacos de maleza. Hago jergones de hojarasca para la noche de los ciervos, me dijo. A cambio, ellos me dejan acercarme tanto, que ya la caricia de mi mano temblorosa vuela sobre sus lomos de bronce.

 Estrías

Después de dar a luz, la sirena que tenía tatuada en el vientre  se quedó encinta.

 Jardineros del otoño

Ayer los vi saliendo del bosque. Bajaban por la ribera del río hacia la niebla dorada de los álamos. Los reconocí porque tenían la melancolía presa en la mirada y al sacudirse la polvorienta ropa de trabajo, dejaron tras de sí una estela fatigada de oro.

 Peluche

Del altillo he salvado la vida a mi viejo ciego peluche. Tiene la misma edad que yo. Y aún esconde mi miedo niño de oscuridad.

  Sal de la vida

 A los pájaros que rondan mi casa les veo picotear el muro de piedra de la fachada. Creía que afilaban sus picos en el cemento. Pero es el salitre que rezuma la pared lo que buscan y saborean. Y todas las mañanas se dan un ágape de granos de sal de la vida. Disfruto viéndoles suspendidos en su escalada libre. Y no haré nada para espantarlos. Y eso que debería velar por su salud, que ahora el colesterol lo tienen por las nubes.

 Tronar                                           

En la orquesta sinfónica del bosque nada ni nadie desafinan.

                                                 ©Rubén Lapuente

                                                                                                                                 

BOLÍGRAFO SOLIDARIO

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He comprado un bolígrafo

solidario

por cinco euros

Lo llevo encima

y algo nuevo vivo

me roza

Lo dejo asomarse

por el embozo del bolsillo

de mi guerrera

y es un faro

que barre con su luz

de pobreza

nuestra ceguera

 

En el espejo de su tinta veo

la intocable sagrada

niñez rota

A ese niño

que patea una lata

o la niña negra

con pelo de oveja

que caza de la brisa

vagidos

que dulcemente

acuna

Y que soy yo

quién pone ruedas

de tren

o de bólido

o cuero a esas barreduras

o muñeca

de carne de trapo

al vacío regazo ahumado

de la niña

Y es que la infancia

es una rueda

loca

girando

de un coche patas arriba

Un balón cosido a patadas

La muñeca

enseñando agotada

el corazón

de borra

 

En el espejo de su tinta

veo  la ilusión

de quien enseña

el blanquísimo

sinfín

de los dientes

en la sonrisa de una boca

           ay  

¿hasta cuándo desahuciada

de mañanas?

 

 Por cinco euro

¿No he hecho una buena compra?

                                    ©Rubén Lapuente

 

Un juguete una ilusión

GLOSARIO DE LA TARDE

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Amnesia

Mi hijo ya no recuerda su infancia, sin embargo la mía la he recuperado viviendo la suya.

 Dignidad

Ese gesto de rechazo de Jesús el Galileo al acercarle a los labios en una rama de hisopo una esponja embebida en vinagre te debería siempre doler de (impía) sed de horror.

 Envés

Bajo la almohada corre un fresco río en el que sólo navega muy suave el dorso de las manos.

 Haití después del terremoto: más de lo mismo de antes

Cómo contártelo para que lo sientas. Aquí en Cité Soleil (Puerto Príncipe, Haití) te daría vergüenza  recordar tu infancia. Sería un insulto. Mira, sólo tienen para dormir el estómago unas galletas de adobe: Arcilla, sal y manteca. “No me saben feo, me quitan el hambre” Te dicen esos niños, vivaces como lagartijas, tramposos, de vuelta de casi todo. Y te sacan la lengua tiznada de tierra. Aquí se tienen muchos hijos porque la mitad se les mueren. Los colonos les dejaron un inmenso claro de luna. Una tierra enferma que no se queda entre los dedos. Pero eso sí, comestible. Y un mar doliente de deuda. Un país que se liberó de su esclavitud y que ahora comercia con sus hijos. Los llaman los “restavec” que significa “quédate con” Por 50 dólares, con sólo siete, ocho, nueve años, los venden como criados a otras familias sin escrúpulos. Son los nuevos esclavos: Los nadie, los hijos de nadie, los dueños de nada. Que ahora mismo están odiando en su infierno negro.

 Heroína

¡Intrépida mariposa cruzando el mar de flor en flor de cada ola!

 Juguetes

Pasó una niñez maravillosa: no dejó ni un juguete en pie.

 Mar

Cuando llevé a mi hijo  por primera vez a que viera el mar nunca pensé que fuera él el que me lo enseñara tan hermoso  en el perfil de su rostro niño.

 Pie

Cuantas veces de noche entramos en los brazos frescos del sueño de la mano del pie asomado fuera de la cama.

 Solitario

Cuando voy solo por el bosque de hayedos y robledales de Cameros me gustaría que alguien me acompañara para compartir la sensación de algo único que se pierde en uno mismo.Pero cuando voy acompañado preferiría  ir solo que esa sensación se me queda a medio camino entre las ramas y mi solitario corazón.

                                                                                ©Rubén Lapuente

CLARO DE LUNA

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Antes de que amaneciera

se ha levantado

de la cama

Con un pañuelo

de tocado en la cabeza

ha vuelto

para despertarme

Oh  Ya ha sucedido

Y aún no quiere

que la mire así

Me enseña

lo que nos anunciaron

Lo que duele

Lo que derrumba:

Mechones

entre  los dedos

arrancados

tan sólo

con mesarse los cabellos

Oh no le digas nunca ya lo sabías

Oh dios

Le pasa sólo a ella

Y a nadie más

Y a nadie más

 

Frente al espejo

Sentada

Por la acrisolada redondez

de su luna nueva

viajan mis ojos

que siguen la corriente

de sus lágrimas

hasta el abra de sus labios

en donde beso

el  “Yo no soy así”  

el  “Yo no soy así”

que susurra

y susurra

Me pide que aderece 

bajo la nuca

el remedo de ondas

que incómoda se ciñe

Y a la calle  le digo

 

En la luna de los escaparates

 la veo cómo se busca

cómo se atusa

la bella mentira

cómo ensaya una sonrisa

en cada reflejo…

Oh  siempre coqueta!

                            ©Rubén Lapuente

KAMIKAZE

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Me brindan una muerte hermosa

Vendrá a recibirme la gloria

Fue aquel  filo de acero en las palabras

Aquella arenga que macera la carne

en orgullo en dignidad  en pureza

que trasciende la vida y la muerte

El emperador os sueña nos dijeron

Y cómo negarme si el valor de la vida

ante el deber tiene el peso de una pluma

Cómo no dar un paso al frente

si nos están humillando

A la cabeza me he anudado la cinta

de mi patrio sol rojo violento

Oh felicítame madre como una tierna

flor de cerezo caeré le he dejado escrito

Sobre el mar de aguas de jade

tembloroso éste  será el último

cielo azul puro que veré

Abajo avisto el gigante acorazado

Y en picado mortal

como un Ícaro de plata desciendo

esta curvada hoja de acero de viento divino

Mil veces mil  trepidante gira la hélice

Oh todo viene hacía mí como en ancas del vértigo

En la carlinga no cierres los ojos me dijeron

Que viene a recibirte la gloria

Que todas las flores de cerezo del templo

brillarán para tí

                                    ©Rubén Lapuente

Kamikaze

Foto : Un grupo de pilotos Kamikazes: Jóvenes desbordados por las desgraciadas circunstancias de la guerra(4.615 jóvenes japoneses se inmolaron)

29/11/2011 09:39 rubenlapuente #. DOLOR ( 21 ) Hay 4 comentarios.

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