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LA HABITACIÓN DEL HIJO

Son miradas
que nos hacen callar
Que lo dicen todo
Un día tenía que ser:
Las alas del hijo
Su vuelo alto y lejano
Por la puerta entreabierta
de su habitación
qué zarpazo
del silencio profundo
Cómo rasguña por dentro
esa franja de luz
Cuánta vida parada
en esa vislumbre fugaz
Se nos olvidaba
que ese trozo tuyo y mío
era nuestro dulce huésped:
vagabundo de su porvenir
Y ahora
nos acostumbraremos
a no oler su perfume
de muchacho bueno
A no oír su voz templada
nunca por encima de un grito
¿Echaremos de menos
la sabiduría de su sencillez?
¿Y mis torpes manos
se apañaran sin las suyas?
He llenado dos copas
de ese dulce vino de orgullo
que achica además
la ausencia
Y contigo mujer
que te veo ahora
ordenando
en su armario
la ropa que no se ha llevado
brindamos con miradas
que nos hacen
callar
©Rubén Lapuente
a mi hijo Rubén
MIS MANOS

Sólo son mis manos
Ésa que tomas curtida
no sabe de treguas
Aún débil ala niña la otra
Fíjate en los pliegues de los dedos
por el dorso
parecen nudos de árboles
viejas rodillas
Mira ahora que la extiendo
qué ramajes a punto de estallar
En pocos lugares
nos presentimos tanto
como en esa travesía angosta
en la que duele posar los ojos
¿Y mis uñas?
Sólo mi madre
me las ha recortado
desde el fondo de la ternura
De negras de tierra y rotas en pico
a la breve media luna limpia y besada
en cada una
¿Y las palmas?
Fíjate
en todo ese revoltijo de rayas
Allí se escriben los avatares
Los altibajos míos
Y si crees en los presagios
elige una línea o una cruz o una cadena
y busca la misma en tu palma
Sólo son unas manos mujer
las que tomas por un tesoro
Las que después de amarte
gastadas
recuerdan
©Rubén Lapuente
ROPA TENDIDA

Mira que tarda uno en encontrarse
en las pequeñas cosas
(¿sin importancia?)
Veces y veces
tendida mi ropa al poquito de sol
que cruza el patio
¡Y cómo no verme nunca
partido en los alambres!
¡Si parecen banderas de mi cuerpo!
Zarandeada
Despojada ropa de lo que rezuma mío
¡Y cómo no pararse a mirarla
en su recreo sin mí!:
En esa silueta fugaz…
¿No he sido yo?
En ese jirón del viento…
¿Así caería herido?
¡Qué señorial en la quietud de ese perfil!
Cómo apura en secreto
la última gota
de lo que dulcemente
me ha robado sin querer
(¿Se puede hacer belleza
de lo cotidiano?)
Y abro la ventana
y tiendo mis brazos
hacía lo más corriente
a lo inagotable
de la eterna pequeña
rueda de la vida
junto a otros brazos del piso de abajo
junto a otra cabeza
en el chirrido del tendedero
que nos descubre…
Y tiento
y recojo la ropa
como si de una sola pinza
pendiera el azar de mi vida
(¿Se puede sentir placer
de lo cotidiano?)
Y me visto
con la renacida pureza
de la ropa
con ese poco mágico
que también le lleva al corazón
una camisa limpia
©Rubén Lapuente
PARRA VIRGEN

Con las hojas ardiendo
virgen ebria de vino
sube mi enredadera
Por el muro de piedra
teje
una colcha
de soles
cansados
de su melancolía
Y ni se detiene
ni tiembla
en noches
de siluetas de lobos
que atraviesan la luna
Mientras aguardo
que tome mi ventana
sueño
que se me arrolla
que se me planta
en la boca
con el primer mosto
de su racimo de carne
de hembra
Ya lejos del vértigo
De lo eterno que la empuja
¡Ay si me bastaran
las sobras
de tanto abrazo
para quererla!
¡Corre granada colcha de guedejas!
Aunque no tengas más fuego
en las mejillas
¡Corre!
¡Trenza brandales de viento
hasta mi alfeizar!
Antes que el acero del otoño
te enfríe los muslos
Antes que haces de rocío
te rompan las manos
¡Corre!
¡Yo sé cómo desnudarte la belleza!
Aquí entre las sábanas
te espero
Virgen parra
¡Mi amante enredadera!
©Rubén Lapuente
Foto :Parra Virgen
¿Alguien sabe de hechizos para volverla mujer?
LA RUTA DE LA SONRISA

Hacia el sur de Marruecos
viaja en un convoy
la sonrisa
Donde se detiene
una hilera de chiquillos
espera y avanza
con la boca abierta
Se dejan hurgar:
Que entren las tenazas
el espejo
la turbina
la amalgama de plata
Que la mano sea ya
visera de los ojos
nunca más
tejado de la boca
Y estrenan cepillos
Y sonrisas
Y en la noche
ensueños
de una ruta inversa
amarga
©Rubén Lapuente