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Se muestran los artículos pertenecientes a Febrero de 2010.

CANDADO DE AMOR

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Amor

vamos

al puente sobre

el río

El que anduvo reflejando

tanto tiempo

sólo

cielo

El que te enseña

que la vida

es una espalda

que pasa

Ponte radiante

como para aquella

cita primera

Préndete del pelo

una menuda

rosa

roja

Amor

yo llevo en el puño

el pálpito

de un juramento:

tu nombre

el mío

esta fecha

grabado en el acero

de la memoria

de los sueños

 

Asómate

amor

a la corriente

Si vamos a dejar

de ser nosotros

Si el rumor de mi sangre

va a sonar en tus venas

Si vas a desaparecer

para

dentro de mi

aparecerte

entera

Cierra

prende el candado

al hierro

de la baranda

y arroja las llaves

a lo poco puro que queda

en la tierra:

el río

que nace como nosotros

de la húmeda sombra

(¿lo cruzamos juntos?)

y que en el estuario

desaparece

de la vida

sin ruido

sin memoria

sin lágrimas

                  ©Rubén Lapuente

PRIMEROS PASOS

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Llegaba a casa

herido de oficina

Tarde

al último compás

de su breve pie

No sé en qué hora

se atrevió  

con la sima de una llanura

No sé cómo apareció

plantado frente a la puerta

tirando de la cartera

de mis papeles

como de una carreta

rota

Su manecita

me llevaba

me traía

por los rincones

de sus madrigueras

despertando

la jerga de las cosas

Me enseñó

el lenguaje de los pájaros

Cómo se avienta a los bichos

Cómo de una pelusa

sacaba el oro

de su pelo

Y se enroscaba

en las ramas de mi cuerpo

como la más bella

y larga cola de ardilla

Y mientras

el haz de su risa

se perdía en mi mismo

Mientras me miraba

como si me mirara el mar

cansado

dejaba caer sobre mi pecho

su fardel de vida y sueño

 

Y toda mi niñez  

retornaba

                     ©Rubén Lapuente

 

       Con el hijo se revive la niñez que no se recuerda

       Que no se te pase dos veces

SIN AIRE

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¡Cómo sentía

la última luz

de la tarde!

Arrimado

a ese abanico de dulces radios

de sol

lucía toda mi piel

Me oía la respiración

como algo

que se sucede

inevitable

Como algo

que no me pertenecía

Aspiré

un sorbo de ese aire

de esa tarde

y la corté en mi boca

(uno   dos …)

Desde mi pequeño

oscuro mirador

veía

esa pulpa

de vida

desasosegada

su engendro creciendo

su loco braceo

el clamor de pie

su estertor

(sesenta   sesenta  y uno…)

el miedo

lo quebradizo de todo

mi resuello!

           ©Rubén Lapuente

 

foto  M. Gallego

contener la respiración era más

que un juego de niños

ODA A LAS BARRACAS

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Hoy es la fiesta amor mío

Venga!        

Vamos!

Que han descargado ya los sueños

Que vivir del ayer

es empezar a verse morir

despacio

 

Iremos primero

a los fuegos en el río

Yo apoyado en el tronco de un haya

haciéndose de oro

recostada sobre mí

aturdida

entre el estampido de un bello torrente

de fugaces luces

y mi boca      deshojando

tu lóbulo rendido 

sumiso

 

Por un aroma de buñuelos

de nubes de algodón rosa dulce

de manzanas de piel de caramelo

entraremos luego

a las siempre eternas barracas

 

Un carrusel de caballitos de madera

despertará a ese niño antiguo

que en cada vuelta

regresaba feliz 

de  volver al principio

del mismo sueño

 

Subiremos a la noria

temerosos de la altura        

del vértigo

Bajaremos luego

como echados de nosotros 

livianos

como aturdidos pájaros

 

En los autos de choque

en los que luchan

todos contra todos

pero nadie contra nadie

alguien nos señalará como enamorados

y pondremos pies en polvorosa

trazando en la pista

fugitivos

e infinitos

locos

ochos

 

En las casetas de tiro

derribaré muñecos

partiré en dos mil palillos

traspasaré el centro de todas las dianas

como si flechara tu corazón

Y todo

por un oso de peluche gigante

que alguna noche 

me robará  tu pecho

 

Venga !        

Vamos amor mío!

Que vivir del ayer

es empezar  a verse morir despacio

Que las barracas  son flor de un día

Que hay un mago

que de la nada  las hace aparecer 

¿las oyes?

Y que en un abrir y cerrar de ojos     

se las lleva

 

                      ©Rubén Lapuente

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