Se muestran los artículos pertenecientes a Abril de 2010.
ETERNIDADES

Una tarde leí unos versos
de Eternidades
que me acompañan siempre:
“¡No corras, ve despacio,
que adonde tienes que ir es a ti solo!”
¡Y qué fácil lo encuentro todo
si lo busco dentro de mí!:
¡Viajero solo por la travesía de lo que soy!
Y este corazón mío
antesala de sentimientos
ya no es una cita de venas
Si soy el primero en oírle
seré el primero en atrapar
su campanada de alborozo
o de cruel herida de vida
¡Y estoy alerta!
Que no se me escape la belleza
que comienzan mis dedos
recogiéndole el cabello
por detrás
de la oreja
muy despacio
mientras la hablo
mientras
me mira
porque
de pronto
como un milagro
le brota una lumbre de luz de diamante
en los ojos
Ni la de las cabriolas
de una sucia hoja de papel
a merced del viento
que si dobla una esquina
temo
un instante
por ella.
Como un cazador
de lo pasajero
eterno
soy
¡Sublime siempre conmigo!
¡Viajero solo
por la travesía de lo que soy!
©Rubén Lapuente
Foto : Leyre o la luz del diamante
PROHIBIDO

¿Qué mueve a este incansable
fuelle de carne viva?
¿Qué viento seco empuja
esta sangre
que baja desfiladeros
sube declives
zigzaguea angosturas
que rueda sin sueño
por la dormida llanura
de mi cansancio?
En el dorso de mi mano
o cruzándome el cuello
resalta
como los rápidos lomos de un río
Y por detrás
de las muñecas de mis brazos
cabecea en mi piel
sus puras campanadas
que cuento
con mi tiempo
que ahora sé que irá
adelantado
siempre
Se equivocó la naturaleza
en tomar un color violento
Un olor tan áspero
Un sabor de fuego en la garganta
De darle forma de tigre rayado
que como la mujer de Lot
se revuelve
abrasada
de memoria
sucia
Si hubiera elegido
sangre de savia
de rosales
o de juncos de ribera de río
o de zarzal esperando un amor agazapado
Si no tuviera esta mala sangre
la sangre
que proclama guerras
que labra trincheras
que deja en la comisura de los labios
su rúbrica
de horror de sierpe roja
Que confina Patrias
¡Si no hubiera que derramarla
para tener dignidad!
¡Imposible volver al principio!
¡Prohibido lavarse las manos!
©Rubén Lapuente
DESTELLOS

Hoy me he llevado al hijo al río
Aquí bordea el viejo arrabal
donde casi nadie quiere venir a vivir
¿Y quién se va a acercar a sus aguas
quién va a cruzar este puente de hierro
si al otro lado vigilantes cipreses
custodian la ciudad?
Nunca se hará este río cicatriz
de agua en la memoria
Cuando estallaban los fuegos en otoño
yo me acercaba a sus ribazos
y por entre las estampas
de un cielo de noche
de bengalas
en el agua
buscaba erráticos destellos
otros reflejos
escondidos
Y bajo el bullicio de las barracas
de madrugada
cuando mi brazo rodeaba su cuello
adelgazaba el oído
hasta llevarla rumores ocultos
de sueños
que aprehendí
de muchacho
en su lecho
Hoy me he llevado al hijo al río
Por las calles
de la mano
desde sus tres primaveras
me habla con esa voz de pluma
con esa lengua de revoltijo
de su abecedario
que aprendo rápido
Si se aleja un poco de mí
me doy cuenta
de que es como un estandarte
enarbolado al viento
como si llevara de un hilo
una cometa de luz
siempre
viva
Como buen hozador
a cada paso
encuentra naderías
por las aceras:
un botón dorado ahora
que como un tesoro esconde veloz
Como dos náufragos
colgados del cielo
desde la mitad del puente de hierro
la espalda tan ancha del río
me golpea en la frente
y me recorre todo el cuerpo
Yo he venido
a las aguas de mi río
a arrojar
mi deseo
mi destello
que sólo yo lo veré
escarpado
eterno
mientras viva
Mi hijo mientras
mira el río como un gigante
Y empieza a darse cuenta
de su propia pequeñez
de su fragilidad
Imitándome
lanza su botón dorado
a las aguas
tan escondido ahora
tan inaccesible
que ya por siempre
será un tesoro
su destello
solitario
y eterno
mientras viva
©Rubén Lapuente
a mi hijo Rubén que se acordará de este viaje
Foto: Puente de hierro sobre el río Ebro en Logroño
EL FUTBOLÍN O EL HIJO DE LA GUERRA

Bajo los tejados
de Madrid
de poco servía
estrujarse los ojos
resguardarse en los mismos brazos
si el azar
era un silbido
de racimos de muerte
Del vientre
de los escombros
salió
aquel muchacho
hacia un hospital
de sangre
donde le hicieron
un sitio
en el corro
de niños y jóvenes
tullidos
La guerra
la hicieron sin juguetes
y en esas navidades
los Reyes Magos
se fueron
camino del frente
cargados
de municiones
y espoletas
Les dejaron algún
recortable:
dioramas de batallas
Muñecos
republicanos
que levantaban
el puño en alto
Juguetes bélicos
para quienes
no hacían fuego
ni en los sueños
Y reconcomidos de no poder
patear ni un rebujo
de periódico
a nuestro
muchacho renco
se le encendió la luz
Cuando en el bar
de mi barrio
empuño las últimas
barras que aún quedan
llenas de juventud
de frustración
de alegría
de mi rabia también
y salgo
con ese olor a césped de madera
a taco de tiza azul de los viejos
billares
como en mi adolescencia
me llevo el roce
de ese hijo de la guerra
del sufrimiento
del primer hijo del olvido
que fue en aquella sala
de mutilados
un futbolín
©Rubén Lapuente
Alejandro Finisterre (La Coruña 1919-2007) inventor del futbolín. Republicano. Poeta. Fundador de la famosa revista Ecuador. Albacea y editor de León Felipe. Foto: pepe alfonso