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LA SILLA

Hay cosas que crecen
todos los días
que se hacen
de la medida de un gigante
que se apropiaron de alguien
que tomaron su forma
y que al quedar
huérfanas de su hueco
aciagas
se desfiguran
como esta silla
sostén de cansancios
de vida anclada
en torno a un velador
Le veo ahora
ese alabeado
en la celosía de tallos
del asiento
que le da zozobra
y me rasguña el estómago
me desasosiega
La cambié de sitio
a una habitación vacía
pero su oscuro fardel
de inquieta ausencia
lo llenaba todo
Una noche en secreto
la bajé a la calle
la abandoné cubierta
junto al contenedor
de la basura
Creía irme ya libre
cuando tras mi espalda
un silencio a desamparo
clamando
me atravesó
©Rubén Lapuente
LA VENDIMIA

¿De dónde mana esta dulzura?
Y esta acuarela
de otoño en las vides
que me arrodilla
cómo se apresa?
¿De qué puerto zarpa
este galeón de mosto
varado bajo las cepas?
¿Qué artesano en sombra talla
estos racimos de uva?
Envidio a esta naturaleza
que se asoma tan bella
tan minuciosa
sin error
¿Por qué nadie de nosotros
es dueño de la suya?
Si tiro del hilo
de mis sentimientos
de mi belleza
¿Por qué se me revela distinta
cada día?
¿Por qué me enseña
inevitable
ese fondo de mi ser
que yo no quiero?
Hoy es la vendimia
Llevo el milagro de mi viñedo
al pequeño lagar
Piso la uva
Hundo mis pies en cada perla negra
que estalla
Y gasto toda su belleza
como la mía
que sube ahora a mis ojos
ebria de vino de vida
©Rubén Lapuente
Alberite(La Rioja)
a Marian Olarte bella como un racimo de uva
FIDELIDAD

Por la avenida me cruzo con ella
camino del trabajo
Voy con el cuerpo
que finge despertarse cada mañana
Y no es la mejor manera
de atender la dulzura de unos ojos
Al principio sólo era un perfume intenso
Luego la brisa que movía
se me fue acercando
como la de aquel temblor
adolescente
Y caminábamos despacio
para que durara algo más
nuestra diaria coincidencia
Las miradas se hicieron cada vez
más cercanas más cómplices
más sostenidas
Me ladeaba para no rozarla
para ser sutil y amable
Hasta luego -me dijo ayer
Adiós -a media voz y a destiempo le dije
Y nos volvimos a la vez
para darnos la mejor sonrisa
Hoy sabía que era la mañana
del encuentro de las preguntas
de la cita en un bar
de las mentiras quizá
Ahora está ella bajando por el bulevar
Adelantándose al tiempo
Buscando mi silueta en la lejanía
Oyéndose el timbal enajenado del pecho
Pero hoy he cambiado de trayecto
He tomado una calle paralela a la avenida
Mientras la veo fugaz
rebasarme por una esquina
me imagino
camino del trabajo
que hay ahora alguien
que descorre unas cortinas
que abre un balcón de par en par
y que recogiendo mi ropa sobre la cama
tal vez por un momento
aspire su olor
©Rubén Lapuente
EL CUBIL DEL SUEÑO

En el cubil de mi sueño
pulsan una luz a medianoche
Despierto adentro
temeroso de la verdad
diurna mía
a esta claridad más auténtica
Tres horas más de vida
atado al lecho del desvelo
viendo la sombría
fragilidad de la vida
el poso tiznado
que me aflora ahora
de los hombres
esa postura
esa silueta al trasluz
de mi mujer
desconocida
que me engulle
en su remolino de vértigo
mi mañana desmañado
en mi peor desnudo :
el del deterioro:
el anticipo que le doy de algazara
a la muerte
Tres horas más de vida
esperando a que el ojillo
de la persiana se abra
con la algarabía del día
que todo lo posterga
©Rubén Lapuente