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UN DIOS DESCONOCIDO

Que sea un dios desconocido.
Que haya nacido
de un vientre cualquiera.
Un dios que no multiplique.
Que no adivine la mano
que le ha rozado la túnica.
Que los únicos ojos que abra
sean los del alma.
Que sea timonel de corazones.
Y nade contigo hasta la orilla.
Un dios que no le escriban
la historia a su espalda.
Que sea una parábola en la vida
y en la muerte
te sostenga en la encrucijada
de sus dos maderas.
Que no sepa ir al paraíso.
Que tenga siempre
una rosa roja sobre una losa.
Que se te aparezca
en los versos de un poema.
Un dios desconocido para verle
un día eterno en un segundo.
Que sea en la pobreza
más digno que cualquiera
en la cimera del mundo.
Que puedas oírle
al otro lado de la pared
y que a este otro lado tuyo
pueda él oírte como
a su dios desconocido.
©Rubén Lapuente
HERIDA DE AMOR

Espera.
No me cierres
del todo el corazón
que no ha salido aquel beso.
Ni aquella mirada de lumbre
que se me hizo dentro
luciérnaga.
Todavía hay un último
te quiero guardado
que se agarra a un sueño.
Espera.
Que con otra puntada
se hará más de noche.
Y el miedo siempre
se ceba con lo frágil,
con lo niño.
Espera …
¡Mira!
Si ese roce de la ropa
que fue una tormenta
en mi cuerpo…
¡Lanza relámpagos!
Si esa mano lenta
de marea
que trepidaba en su piel…
¡Empuña un arma!
Y aquella boca abierta
entregada de túnel
sombrío de placer…
¡Si enseña los dientes!
¡Espera!
¡Están asomándose!
¡Qué miradas de soldados
cercados por el miedo!
Zurce despacio.
Ciega con ellos dentro
la costura.
Que fuera del corazón
no son nada.
¡Que me duela siempre
esta herida de amor
que no se cierra!
©Rubén Lapuente
BURBUJAS

Tu soplo enjabonado
crea un universo
de lunas.
Tú te ves curvada
en el reflejo
de cada una.
Dueña
de cada planeta
de agua.
Si de pie
abres los brazos
caen pompas
de cristal
de tus ramas.
Y revienta
de la pulpa
tu zumo
de aire de niña.
Si corres,
la estela de burbujas
te muda en pez
con las aletas
de tus trenzas.
Yo
fanfarroneo con ella:
que si soy el mejor
cazador al vuelo
de burbujas.
Y le lanzo
una serpentina
de lunas de jabón
sobre la cabeza.
El momento mágico
de esa edad
no me toca.
Ella se queda rígida.
Sin duelo.
No es ésa su lluvia
de burbujas.
©Rubén Lapuente
LA LAGUNA NEGRA

agua pura y silenciosa que copia cosas eternas (A.Machado)
¿Lo hiciste?
Caminaste
por las faldas del Urbión
entre altos y enhiestos
pinos?
¿Te subiste
al mástil
del barco que fueron
para divisar
el paraíso?
¿Te volviste
solitario y loco
el capitán
de ese verde océano?
¿Te paraste
a oír bajo los pies
la oculta y niña voz
del Duero?
Y al trepar
por los farallones
a lo más alto
del murallón desnudo...
¿Cosiste allí
con hilos de luz
la bella laguna
negra a los ojos?
¿Lo hiciste?
Y en la travesía
del agua que copia
cosas eternas…
¿Soltaste por un momento
los brazos?
¿Te dejaste ir,
sumergido,
a merced del roce
de leyendas y secretos?
¿Lo hiciste?
©Rubén Lapuente
http://soria-goig.com/Rutas/pag_0420.htm Ruta literaria con A.Machado
LOS DIBUJOS DE LOS NIÑOS SOBRE LA GUERRA

La guerra se queda grabada
en el estómago:
Cuando suena la sirena,
cuando bajas a trompicones
las escaleras del refugio,
cuando caen las bombas,
cuando te miente tu madre;
cuando la maleta enseña la prisa
y en el autobús, en el tren, en el barco,
vuelves la mirada hacía ningún lugar.
Cuando eres un niño.
Si de cuajo te arrancan
de la infancia
amarrada a su sol,
del estómago irradia otra guerra.
Rayadas que vuelven
como zumbidos de aviones en el cielo.
En las colonias
cada día es un impasse.
Maduran en vilo
desorientados en la severa
infancia nueva.
Pero hay que sacar algo de adentro:
La terapia del lápiz de grafito y de colores,
del dibujo en la lámina amarillenta:
Yo he pintado un bombardeo en la cola de la leche.
Yo un edificio en llamas de mi calle.
Yo el día de mi evacuación corriendo al refugio.
Yo los camilleros con su ambulancia de cruz roja.
Yo un campamento de milicianos.
Yo a la gente levantando el puño a los aviones.
Yo a mi padre cuando volvía a casa
y corría a abrazarle y a registrarle los bolsillos
…
Pintan lo que han visto.
Sin dobleces.
Garabatos
que de los ojos
vuelan al papel:
Dibujos sobre la guerra.
Rayadas que se dormirán
bajo los colores.
©Rubén Lapuente
los dibujos de los niños evacuados en la guerra civil
http://www.columbia.edu/cu/lweb/eresources/exhibitions/children/index_spanish.html
LA MIRADA MATE

Si no eres niño,
cuesta asomarse al tiempo arrugado,
y casi vencido.
Ellos se inclinan hasta el roce,
se restriegan en el asperón de esa piel,
sin esfuerzo.
Podrían hasta jugar a perderse
en el laberinto de surcos del rostro.
Si no eres niño,
cuesta asomarse.
Y eso, que sólo le bastaría
conque al pasar movieras el aire,
que oliera quién eres.
Cuando respira hace ruido.
Cuando come salpica un poco.
Cuando habla,
suelta a veces alguna tontería
pero de las que no hieren.
¡Y cómo te carcajea!
Ponle siempre a la tarde en la tele
el diario de un encuentro.
Mejor si hay lágrimas,
las de cocodrilo le sirven lo mismo.
Bájale de la pantalla sus recuerdos:
Un poco de aquella música de juglaría.
Y te hará cien veces la zapateta.
Vístete de Rey como para el niño.
A esa edad se lo cree todo.
Y después a tus asuntos.
Si tienes que dejarle en una casa grande.
Acércate a verle un rato todos los días.
Mejor a la misma hora
para que no se duerma al mirar tanto la puerta.
Si se le cansa la cabeza y busca el hombro,
inclina la tuya para que te vea bien,
como aquel día, que perdido tú,
te descubrió sin demora sus ojos.
Un ratito largo con su mano en la tuya.
Que la caricia de la palma le dura toda la noche.
Un ratito largo…
Y después a tus asuntos.
©Rubén Lapuente
PEQUEÑO PESCADOR FURTIVO

Para el niño
los playmobil
son casi sordos.
Y sobre ellos
balbucea
su arenga
mojada en saliva.
Luego
les acerca al oído.
Escucha sus señas.
Y asiente
sereno
con la cabeza.
Sólo para quien
le espía
todo es una fábula.
Le faltaba capitanear
al que dispara
en el agua
balas de burbujas.
Y ha dejado
un vaivén
en la pecera.
Y le ha llevado
al universo
de su alfombra.
Del pobre pez cree
que su barboteo
y sus coletazos
son como los de
un perro amigo.
Y le registra
bajo las escamas
el botón que lanza
chorros
de granadas.
Pero el pez
se desmaya
como una princesa.
Y el niño,
lo agita, lo agita…
Algo ha hecho de malo
cuando vuelve
a dejar un vaivén
en calma
en la pecera.
©Rubén Lapuente
ENFERMA MONOTONÍA

la monotonía tiene una fiera
dormida en mis piernas
y tan sólo por esos quince minutos de ida al trabajo
por ese mismo escenario en cada calle de mi trecho
por el horizonte que despunta a ras de suelo
por el atajo
camino
a un sudor seco que me anula
un día
mi paso olvidado
dio un giro brusco
y probó por otra calle mi encuentro
lo igual asomaba distinto
un detalle
el perfume de alguien al cruzarse
un rostro dulce en la penumbra
la monotonía tiene una fiera
dormida en mis piernas
y otra mañana
hastiado del mismo recorrido
media vuelta
y cambié el rumbo
y ya estaba en otra avenida
cada vez me alejaba más de mi lugar de brega
mi ritmo era más vivo
más frecuente el viraje
y madrugaba inquieto en la maleza de otra calle
los rodeos me dejaban en la silla rendido
y empecé a llegar cada vez con más demora
mis evasivas
como mi rostro
eran ya toda una condena
pero había más pasajes
más esquinas sin doblar
más aire y vida sin abrir
que llevarme
más
y puede que entre medio alguna vez
me ocurra algo
distinto
©Rubén Lapuente