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El cuaderno de poemas de Rubén Lapuente

DÍAS DE OTRA VIDA ( 23 )

CUCURUCHO DE CASTAÑAS

CUCURUCHO DE CASTAÑAS

Nunca había sentido que el tiempo no corriera

Que holgazán hozara lento en el barro de la tristeza

Salgo del tercio de cada día de mi vida en una silla

al mar de las luces de diciembre

al olor que me evoca lo bello mío dormido

 el de estas asadas castañas

pequeños cálidos corazones de caoba rotos

que llevo a casa

en un cucurucho de papel

que atravesarían hasta un turbio vidrio

empañado de melancolía :

Son flechas de luz de vivo aroma nuestro

Sobre la mesa de la cocina

esparzo doce fábulas de niñez

o la forja de futuros recuerdos

Y al olor mágico ya no viene primero lo zampón tierno

 sino ese devaneo  de mano de muchacha

que hurgaba en el hogar del bolsillo de mi abrigo

enamorada

que entorna ahora los ojos con mueca de placer

Y me extraño  de no verle ni una estela

de vida herida

                                            ©Rubén Lapuente

CAMELIA SUMERGIDA

CAMELIA SUMERGIDA

No basta que tu mano sea su amarre

Que tus brazos sus remos

Que tu espalda su barca

O que tu cuerpo su dique

No basta con el amor

En el océano de este sueño

hay un turbión que de noche la despierta

Porque cuando todo se rehace

otra vez todo se deshace

Otra vez la dentera del box del miércoles:

El sumidero de la frescura

El pesado cielo gris de la boca

Otra vez la lluvia de metal de saliva

Un cansancio eterno de hombros de ameba

Hasta la bata al pie de la cama

parece tejida con vellones de plomo

No basta el nido de albatros de mi pecho

Otra vez la camelia sumergida

Coser  y planchar los mismos pétalos

Otra vez falsos sueños de grajea

Estaciones del cuerpo

como el tornadizo verdor

del pozo de su carne

que hoy se rehace

y tacha y remacha

con una cruz

en el  calendario

otra  fecha

menos

                           ©Rubén Lapuente

CLARO DE LUNA

CLARO DE LUNA

Antes de que amaneciera

se ha levantado

de la cama

Con un pañuelo

de tocado en la cabeza

ha vuelto

para despertarme

Oh  Ya ha sucedido

Y aún no quiere

que la mire así

Me enseña

lo que nos anunciaron

Lo que duele

Lo que derrumba:

Mechones

entre  los dedos

arrancados

tan sólo

con mesarse los cabellos

Oh no le digas nunca ya lo sabías

Oh dios

Le pasa sólo a ella

Y a nadie más

Y a nadie más

 

Frente al espejo

Sentada

Por la acrisolada redondez

de su luna nueva

viajan mis ojos

que siguen la corriente

de sus lágrimas

hasta el abra de sus labios

en donde beso

el  “Yo no soy así”  

el  “Yo no soy así”

que susurra

y susurra

Me pide que aderece 

bajo la nuca

el remedo de ondas

que incómoda se ciñe

Y a la calle  le digo

 

En la luna de los escaparates

 la veo cómo se busca

cómo se atusa

la bella mentira

cómo ensaya una sonrisa

en cada reflejo…

Oh  siempre coqueta!

                            ©Rubén Lapuente

DÍAS DE OTRA VIDA

DÍAS DE OTRA VIDA

Hoy empieza ella

sus días de otra vida

En el calendario

emborronado de notas

de citas

de cruces

ha abierto antes

un paréntesis  

Tan zarandeada parece tan fuerte

¿Pero quién no tendría miedo?

Tengo un nudo enorme

en el estomago

me dice

al rondarle

la hora

 

Por el bulevar

del hospital de día

entramos en el box

del desasosiego

Para distraer

a la angustia

que no conoce lo nuevo

ella habla

y habla

frente a mis ojos

siempre

así ofrecidos

así

sin párpados

 

Sobre su cabeza

una nube

color carmesí

Otras transparentes

Y al primer tintineo

de lluvia

de mixtura

en las sondas

ella

fuerte

sopla

una sola vez …

 

(Oh mujer

Ya te bañan en lo que tú

sonriendo

llamas veneno redentor

En aguas

de dulce cristal mellado

lo llamo yo

que te veo

como a una niña

a quien

le arrancaran

su única muñeca

su inocencia

y le dieran de golpe todo el peso

de tu vida

 Le digo que sólo

es un rasguño en el mar

pero ya no me oye

se duerme…)

 

Al salir a la calle  ebria

de mi brazo

El otoño ni nos mira

                   ©Rubén Lapuente

SIRIO O PROBABLEMENTE ALEGRÍA

SIRIO O PROBABLEMENTE ALEGRÍA

No me lleva del todo el sueño

Sobre un camastro

de soslayo miro

esa bolsa de mixtura

que gota a gota

se bebe

Hay un redón

bajo la cama

que aún no avena

sangre de seda

Velo las alas

del murmullo

de una mujer

a la que ayer

desnudaba el alba

 

Al solecillo en la rejilla

de la pared

inclino

“probablemente alegría”

y el azar

me lo abre

en “noche blanca”

que me olvida

un momento

de lo cercano

de que vivo

Y acerco mi sombra

a la ventana

En lo alto brilla Sirio

Y alargo mi cansancio hasta su luz

                                  ©Rubén Lapuente

HABITACIÓN 229

HABITACIÓN 229

De lo que vivía

como si fuera un sueño

se está despertando

Maleada niña me han traído

y bajo un cielo

que me descubre

que no todo empieza

y acaba en la piel

que por detrás

hay un frágil piélago palpitante

de asombrosa filigrana

que ha forjado

hasta este gesto azorado

de ahora

de sus párpados

queriendo torpes

echar a volar

desadormeciéndola

 

Y bajando a ese lagar

que me descubre

al verla

¿Quién me explica

que un trocito de uno

se vuelva tan avieso

se subleve contra sí mismo?

Luego viene la ciencia

que aquí  lanza

un arpón como un pescador

para ensartarlo

y segarle luego la locura

Que sacrifica

un ganglio centinela

mejor le llamo soldado fiel

Que se bebe el primer veneno

del sucio hontanar  por ti

 

Ahora que se está despertando

mejor no ahondar en la vida

Subo del lagar de su pecho vivo

y bajo con lo único que traspasa la piel

los besos

                          ©Rubén Lapuente

CURARE

CURARE

A nuestra casa

ha llamado el dolor

Ese maldito arquero ciego

Desde su aspillera

nos ha lanzado al azar

una flecha en curare

embebida

Y se ha clavado

certera

dentro de la alcazaba

dulce

de su carne

donde reinaba

el silencio

adonde le llegaba

la intima

luz herida

de atardecer

 

Mientras se compra

las zapatillas y la bata

para el decoro

de la torpeza

me dice que no quiere

hacerse a la idea

de lo que le viene

Que si lo vive

como si fuera un sueño

es para no hacernos

sufrir

 

Como ahora

se me quiebra

la mina de los lapiceros

como echo las redes

de mi barco de papel

cuadriculado

en aguas turbias de versos

temblorosos

mejor

le hago una señal

un doblez en la esquina

a esta última hoja

de mi cuaderno de poemas

y ligero

despliego  las velas

del tiempo de los besos

rumbo a la dársena

de su corazón                 

               ©Rubén Lapuente